El sector cultural revive tras dos años complejos afectado por la pandemia de COVID-19. Sobre su actual situación y las perspectivas de futuro que se ciernen sobre el colectivo que lo conforma se ha debatido este fin de semana en la primera edición de FAVE, el Festival de las Artes Visuales y Escénicas de Santa Cruz de La Palma.
El Ayuntamiento de la capital palmera organizó, en el marco de esta iniciativa, una sección dedicada a la reflexión y el diálogo entre profesionales, denominada ‘Conversaciones entre bambalinas’, como una acción complementaria y paralela a los talleres desarrollados en una programación pensada para todos los públicos.
La plaza de La Alameda acogió el viernes una primera mesa de debate donde participaron la periodista Eugenia Paiz Lorenzo, Lili Quintana, actriz de teatro, cine y televisión; Pilar Acosta Rodríguez, actriz de teatro amateur y cine; Raquel Paz Hernández, responsable del Taller Municipal de Costura del Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma entre 2005 y 2021; Sara Martín, artista especialista en danza acrobática, y Virginia Martín Urdiales, actriz y socia de la productora de videomapping Imaginart.
En este mismo espacio intervinieron también en una segunda jornada con otros profesionales y creadores como la actriz Nadia de Santiago Capell, reconocida actriz de cine, teatro y televisión, y codirectora de la serie de Netflix ‘El tiempo que te doy’, junto a Antonio Tabares Martín, dramaturgo; Carlos de León, actor, dramaturgo y director de la Escuela Municipal de Teatro Pilar Rey; Carlos Oramas, músico; Jorge Alejandro Rubiales, músico; Juan Carlos Martín, diseñador de vestuario y escenografía; Rodrigo Tamariz, especialista en videomapping y socio de Imaginart.
Durante estas dos sesiones pusieron sobre la mesas aspectos como el valor y el papel de las profesiones vinculadas a la creación y las artes, su reconocimiento real en la sociedad y la valorización del talento, las salidas profesionales, la producción artística y las dificultades a las que se enfrenta el sector, la vivencia personal y las oportunidades para la expansión y la proyección de las artes visuales y escénicas, entre otras cuestiones.
FAVE se convierte así en un espacio dedicado a la reflexión y el talento donde el patrimonio arquitectónico de la ciudad y su gente se convierten en agentes activos en la promoción de una cultura de calidad.