La isla canaria de La Palma atesora un amplio repertorio de ejemplo de las conocidas “danzas coreadas con arcos de flores”. Desde el siglo XIX se van repitiendo en el calendario festivo insular. Las fuentes de información las encontramos en la prensa, programas de fiestas, partituras musicales y el rico legado fotográfico.
El viernes 30 de agosto, a las 19.00 h, entre las múltiples ofrendas que la ciudad de El Paso ofrece y rinde a la Virgen del Pino, se encuentra la interesante y peculiar Danza, con arcos y cintas, ofrenda del profundo devoto de la advocación mariana el pacense Manuel González Díaz (1885-1958).
Llega el momento íntimo de la despedida de la venerada imagen en su Bajada Trienal hasta el casco urbano de la ciudad y el retorno, el domingo 1 de septiembre, por el barrio de Tenerra hasta su santuario a los pies del longevo pino canario del cual “María madre” tomó el nombre y advocación.
En el programa de los festejos trienales de la Virgen del Pino del año 1997 el erudito investigador Carlos Valentín Lorenzo Hernández pone de manifiesto y por primera vez por escrito lo que la memoria del pueblo con cariño atesoraba: La danza de don Manuel González Díaz (1885-1958).
Esta publicación removió la conciencia de algunos entusiastas pacenses y de lo que en 1997 era una caja de cartón llena de fotografías de la “danza de don Manuel” y los recuerdos vagos de los intérpretes de canto y danza cabe la satisfacción de se ha recuperado, no sin esfuerzo y trabajo, para gloria del patrimonio etnográfico de La Palma y testimonio único y peculiar para nuevas generaciones.
Relata Carlos Valentín Lorenzo que la danza se debe a la ofrenda-promesa que el emigrante pacense en Cuba, Manuel González Díaz, le profesaba a la Virgen del Pino de El Paso, su municipio natal.
Lorenzo sitúa en 1945 como la primera representación conocida, aunque pudiera existir con anterioridad. Durante los años 50 y 60, del pasado siglo, se representó hasta que se fue perdiendo del repertorio de actos de los festejos trienales.
Esta manifestación festiva debió ser conocida y valorada y es llevada a otros lugares como es el caso de Tazacorte, lo testimonia una fotografía en las escaleras de la plaza de esta localidad. Al parecer también estuvo en San Andrés y Sauces.
La danza desarrolla una coreografía en parejas ataviadas de color blanco y verde, colores de la Virgen del Pino, configurando diferentes momentos con los arcos florales danzando y cantando, apoyados de un coro y música externo.
En un momento determinado surge en el centro de la rueda de danzantes un gran palo con cintas de color verde y blanco sujeto por una persona y rematado por una cruz. Cada uno de los miembros de la danza van entrecruzando las cintas de seda, mientras siguen portando los arcos y un pequeño banderín.
La música, y posiblemente los versos de la letra del canto, se debe el maestro de primeras letras, músico y poeta pacense el erudito, y no suficientemente estudiando y reconocido como se merece, Pedro M. Hernández Castillo (1885-1963), quien fuera de director de Bandas de Música en El Paso y posiblemente en 1920 de la de Los Llanos de Aridane. Su amplia obra se encuentra dispersa y aún hoy se recuerda en la Isla las Loas a la Santa Cruz, con libretos teatrales de las “aparecidas” del santo madero.
Parte de la letra, recopilada por Lorenzo Hernández dice:
El Paso de arriba
henchido de amor
ofrece a la Virgen
su fiesta mayor.
Al son de la Danza
queremos bailar.
La Virgen del Pino
La estrella del mar.
Hoy el pueblo pregona por doquier
la grandeza y el célico valor
que atesora la Rosa Inmaculada
la que es Madre de nuestro Redentor.
El recordado artista pacense Rodrigo González de Paez, fallecido en 2018, comentando una foto de Manuel González en redes sociales diciendo: “Mi querido abuelo Manuel González Díaz, autor del único número que posee la Bajada de nuestra señora del Pino, la danza que lleva su nombre”.
Los antecedentes de danzas con arcos la ciudad de El Paso es importante y a destacar. A finales del siglo XIX El Paso participa con una danza de niños con arcos en la Bajada de la Virgen en Santa Cruz de La Palma, siendo aplaudida en la prensa de esos años. En la localidad de El Paso, en fotografías anteriores a la danza de Manuel González, se conserva varias muestras de danzas con arcos y niños vestidos de marineros. Otros municipios como son Santa Cruz de La Palma, Los Llanos de Aridane, Tazacorte y Puntallana, que sepamos, también las tuvieron.
Esta manifestación festiva fue un número recurrente y generalizado en la isla de La Palma. Lo cierto es que entró en desuso y que sepamos se conserva solo dos muestras de ellas. En Puntallana, danza con arcos de marinos de la festividad de Santa Lucia, y en El Paso, danza de don Manuel González Díaz en honor a la Virgen del Pino.
María Victoria Hernández, cronista oficial de la ciudad de Los Llanos de Aridane (2002), miembro de la Academia Canaria de la Lengua (2009) y de la Real Academia Canaria de Bellas Artes San Miguel Arcángel (2009)