El debate de la Inteligencia Artificial (IA)

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Cuando empezamos a entender que los algoritmos están por todas partes; por ejemplo están presentes en los precios de cientos de productos, y detrás de los sistemas que nos aconsejan que podemos ver o escuchar, se sumó el Big Data para generar suficientes “insights” que permiten conocer con detalle nuestro modo de proceder a la hora de llevar a cabo nuestras compras, conocer las demandas de grandes grupos de personas..., en definitiva conocer con detalle el mercado. A la par, aunque su conocimiento no fuera tan extendido, se sumaba la Inteligencia Artificial (IA), que sin menospreciar decenas de tecnologías, encarniza desde hace un año aproximadamente, el debate de cuántos empleos van a desaparecer debido a su existencia. (Hágase notar que estas tecnologías tienen muchos lustros pero las capacidades de cálculo y almacenamiento permiten ahora que estas tengan mayor relevancia en el día a día de nuestras vidas).  

¿Por qué se produce ese debate? Porque la IA no sólo se utiliza para hacer las redacciones que solicitan a nuestros hijos e hijas en el instituto; a través de bard, chatgpt o Llama 2, se puede utilizar para determinar si un alumno o alumna puede pasar de curso, para validar un crédito en el banco, para ver si un candidato es apto para un puesto, para casi todo lo que imaginemos, pero el debate se produce porque se habla de Inteligencia Artificial (IA) un día sí y otro también y nos entra el miedo en el cuerpo. Pero ese miedo es relativo, porque la IA por sí misma no produce alimentos, puede ayudar a las producciones, pero no saca los alimentos de la tierra. Como se ha indicado el debate entre la ciudadanía no es si es ética su utilización, o sobre los límites que tiene que tener esta tecnología y otras muchas, debate que sí establecen los líderes mundiales, que acuerdan estos días en una cumbre celebrada en el Reino Unido, que la IA representa riesgos importantes para la ciberseguridad y la biotecnolgía. El debate entre las personas normales y corrientes se centra en empleos perdidos o no perdidos, y no tanto en qué ventajas podemos tener o no tener con su uso. Ciertamente es un debate, porque mientras unos especialistas indican que sí se van a perder empleos, otras personas indican que como toda “revolución”, los empleos se transformarán. 

Cuando hay personas que llevan 20 años trabajando con IA, no deja de ser un atrevimiento por mi parte lanzar una opinión sobre estas cuestiones, pero es necesario hablar sobre ellas porque inciden en nuestras vidas y en nuestro futuro más inmediato, incluyendo algo más que reiterado en este artículo, influirá en los empleos, no hay duda al respecto. Ayudará en unas profesiones, y perjudicará a otras, ayudará a unos países y puede perjudicar a otros, pero el debate está servido y no será fácil conocer al ganador. 

Por hacer algo de divulgación, la IA funciona a partir de la observación de patrones en grandes conjuntos de datos, y aplicando estos patrones aprendidos para realizar predicciones o tomar decisiones en contextos novedosos. Se conocen cientos de empresas y aplicaciones, (o sea que pueden haber miles entre las no conocidas), algunas desde el lado de los desarrolladores y otras desde el lado de los usuarios como Gradio 4.0 para generar aplicaciones, Arthur Shield en el campo de los cortafuegos, Contenda que genere textos desde un punto de vista profesional, Simplified que por ejemplo ayuda a gestionar redes sociales, Rosebud.ai (la cual crea juegos con IA), o la francesa Mistral que quiere generar nuevos modelos de IA, y así se podría hablar mucho más sobre aplicaciones que usan y desarrollan IA, y sobre el debate que genera su uso, pero lo mejor es que aprendamos un poco más al respecto y que si no hemos probado las aplicaciones, que las probemos en contextos más profesionales, que la simple generación de una redacción o una imagen.