Creciste
entre paredes de piedra,
escuchando y aprendiendo,
entre “aguas y molinos”.
Y te llamaron
Angelito, luego, Ángel,
y más tarde, Angelillo.
Viste madurar el millo,
el trigo, la cebada y el centeno.
Y tus manos cálidas de hombre bueno
repasaban el grano listo para la molienda,
cuando el grano era solo grano,
con vocación de gofio tibio y esperanzado.
Tus manos acunaban el tambor
como al grano recién tostado.
Y el tambor, como el grano,
maduraba y multiplicaba sus esencias
en las cuencas de tus manos.
Y templabas el tambor
y ajustabas tú la voz
y, ya amigadas las dos,
alzaban juntas el vuelo.
Y tu voz,
hilando con el tambor,
iba tejiendo romances
en fiestas y procesiones.
Y despertaba la magia
de las remotas historias,
como el agua de Monforte
despertaba de sus sueños
a las muelas del molino.
No faltabas a las citas:
A Puntallana, Chipude,
San Isidro y San Marcos,
Mercedes, Reyes, Arure,
El Cedro, Carmen, Epina,
Las Hayas, Rosas, El Paso...
Todas las fiestas gomeras
supieron de tu romance
con nuestro fiel Romancero.
Enamoradas también
de tu voz y del romance.
Ángel de mansa mirada,
de la sonrisa serena,
de la palabra pausada.
Gracias siempre a ti, ángel
de romances y tambores,
de nobleza y bonanzas,
y homenaje a tu memoria
por todo lo que entregaste
a lo más bello y limpio
de nuestra agitada historia:
a la música y la danza.
OSWALDO IZQUIERDO DORTA
Noviembre – 2022
*Ángel Clemente Cruz fue cofundador y pilar del grupo Coros y Danzas de Hermigua y Agulo, que creó y dirigió Lilí Ascanio, al que se debe el rescate y la enseñanza del ancestral folklore gomero, así como su difusión por toda España y diversos países extranjeros. Su labor ha sido reconocida con el nombramiento de Hijo Predilecto de Hermigua, en 2014, y la concesión del Regatón de Hupalupa, por parte de la Asociación Cultural y Ecologista Tagaragunche, en 2001.