Un poema con alas

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Hay cartas de amor que vuelan, 

tan alto que se convierten en nubes,

nubes que calman un pecho en llamas

con su sombra 

desde el cielo,

un cielo que quizás no veas

pero que te va a llenar de estrellas 

cuando ahí abajo hallan tinieblas.

 

Hay cartas de amor,

que el buzón de tu corazón nunca recibió,

palabras que sin pensar nadaron sobre un mar de papel, 

palabras que encontraron la poesía en tú mirada.

 

Hay cartas de amor 

que guardé tantos años,

una canción que susurraba en silencio,

un poema que tus dedos tocaron 

mientras tus ojos cerrados,

y los míos abiertos,

observándote,

intriga en tu sonrisa,

emoción en la mía.

 

Un poema con versos 

y besos,

noches sin sueño,

días y deseos. 

 

Espiral de amor,

que no encontraba final,

dando vueltas y vueltas,

huracanes y tsunamis,

y ¿cómo romper el movimiento 

de una ráfaga de viento?,

¿cómo apagar la luz si sigues en este mundo?

 

Te escribo a ti, carta,

que con la esperanza de que llegases a esa Isla Bonita,

emprendiste otro rumbo,

quizás encontraste en el cielo un vuelo hacia un país de ilusión,

donde quedó este amor.

 

En mi memoria quedaron grabadas 

algunas frases de este poema, y

aunque con tinta nueva, tienen seis años de vida.

[...] Tus ojos son el mechero que encienden mi corazón [...] 

[...] Eres el reloj que detiene el tiempo [...] 

[...] Le doy gracias a Dios por ponerte en mi camino, eres el sol de mi invierno, mi manta cuando hace frío [...] 

[...] Ese muchacho palmero tiene garras de león, 

le gusta hacer el mundo rodar,

buscando siempre esa oportunidad [...] 

 

Dos notas rosadas,

con un te quiero y un cumplido 

guardadas en ese sobre,

un sobre que pintó un camino nuevo,

rebelde y viejo,

dime, ¿dónde te encuentras ahora?

 

Me volvía loca,

intentando borrar un amor escrito con tinta permanente en un pecho que agonizaba por un beso tuyo,

más respiraba con tan solo verte sonreir.

 

Al fin entiendo

que es mejor no seguir manchando con esta tinta esta amistad,

vamos a dar pinceladas solo en invierno,

para que cuando venga la lluvia

no se quede incrustada en este corazón sin frenos.

 

Y es que ahora

quiero escribir una nueva historia de amor,

con una persona con la que estoy empezando a cultivar raíces,

una persona con la que estos sentimientos que una vez tuve por ti recobraron vida de nuevo.

 

No obstante,

tú serás siempre, 

un pedacito de mis días de café,

un pedacito de mis días con música,

un pedacito de mi vida.

 

Abrígate amigo mío cuando tengas frío,

báñate en la playa de Los Cancajos cuando tu cuerpo necesite energía nueva,

mira las estrellas cuando quieras soñar,

encuentra el abrazo que te devuelva la calma. 

 

Con cariño,

Noe