Escuchando al Parlamento
y viendo a sus señorías
se entienden las agonías
del votante descontento.
La verdad, es un tormento
difícil de valorar,
que nos obliga a pensar
si ese es el mejor camino,
para alcanzar el destino
al que queremos llegar.
Jócamo, 29.IX.2023
NOTA: Toca vivir tiempos revueltos. Nada parece estable ni previsible. Lo mismo llega una DANA que suelta pedriscos como melocotones, que el sol achicharra los últimos racimos por vendimiar. Igual se anuncian las restricciones de agua para uso doméstico o regadío, que se declaran zonas catastróficas por riadas dos días más tarde en la misma zona. Lo mismo vemos imágenes de los hielos del Ártico derritiéndose, que sesudas declaraciones negando el cambio climático...
Y mientras tanto, nuestros próceres en el Parlamento haciendo verdadera apología del desencuentro, de cómo hablar más para entenderse menos, como si de un verdadero diálogo entre sordos se tratara. Y todavía se sorprenden de que les llamemos besugos. Tienen motivos para la sorpresa, los besugos se entienden mejor.