Las tuneras se mueren

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Causa desesperación

ver las tuneras muriendo

poco a poco sucumbiendo

a las motas de algodón.

Ha sido la perdición

para esta especie extranjera,

nutritiva, forrajera,

invasora peligrosa,

que además de flor hermosa

tiene un fruto de primera.

Jócamo, 10.XI.2024

NOTA: Se sabe que las tuneras llegaron a Canarias a raíz del descubrimiento de América procedentes de México, donde las cactáceas son muchas y diversas.

Las tuneras o chumberas (Opuntia spp.) son arbustos suculentos, con tallos segmentados y aplanados como grandes hojas (pencas, palas o cladodios), que al envejecer en el tronco se tornan rollizos y reciben el nombre de pencones.

De las distintas especies llegadas a las islas, la más difundida es la tunera común (Opuntia ficus-indica) que se cultivó primero por sus frutos (tunos o higos pico), sabrosos y nutritivos, tanto frescos como pasados. También las pencas, liberadas de sus picos, han sido utilizadas como forraje para el ganado durante la época estival.

Sin embargo, el mayor protagonismo, lo alcanzaron las tuneras durante el siglo XIX, por ser soporte para la cría de la cochinilla (Dactylopius coccus) fuente del carmín natural, empleado en la industria textil, alimentaria y cosmética.

Tras su esplendor económico, la síntesis química de las anilinas, arruinó su comercio, que pasó a ser testimonial. Entonces, la propagación descontrolada de las tuneras se convirtió en un problema ambiental para la conservación de la biodiversidad canaria y cuando mayor era la preocupación por el potencial invasor de las tuneras, a comienzos del siglo actual, aparece la caribeña cochinilla algodonosa o mexicana (Dactylopius opuntiae) que en muy pocos años se ha convertido en un agente para su control, pero también en una seria amenaza para las tuneras cultivadas en el Archipiélago. Alarmados por su rápida expansión, la Consejería de Agricultura la declaró oficialmente “plaga agrícola” instigando a su control.

En muy poco tiempo la tunera común ha pasado de ser amenaza a estar amenazada; así es la naturaleza cuando se desajusta su equilibrio.