Tus campos rompan tristes volcanes,
no veas placeres sino pesares,
cubran tus flores los arenales.
Endechas a la muerte de Guillén Peraza, acaecida
en las playas del cantón de Tajuya, en 1447.
*
1
Enjambres sísmicos alertan y alarman.
El magma precisa buscar la salida.
El techo se rompe y terca avenida
de rojas coladas, derrotan, desarman.
2
Columnas de humo datan su presencia.
Bombas y lapilli afianzan su llegada.
Rugidos rabiosos de fiera enjaulada
confirman su furia, definen su esencia.
* *
1
Insomne dragón de múltiples bocas,
arrollas, aplastas, inundas, abrasas,
entierras la tierra, engulles y arrasas.
Frente inexorable de llamas y rocas.
2
Maldicen la isla tus lenguas de fuego.
Quimera perversa, sedienta, incansable,
avanzas constante, con hambre insaciable.
Caimán gigantesco, pertinaz y ciego.
3
Rudo testuz de bisonte embravecido.
Estampía que estremece las laderas.
Costra gigante. Desgarrón que no espera
sanar para sentirse de nuevo herido.
4
Tifón devastador que asolas el Valle,
sepultas raíces, anclas asumidas,
nuestras diarias experiencias compartidas:
la escuela, la iglesia, la plaza, la calle.
5
Impones dolor, sumisión impones,
impotencia sorda de brazos atados.
Ausencias, tristeza, llantos refrenados...
Ciego al sentimiento, sordo a las razones.
6
Buldócer sin frenos tenaz te desplazas.
Cientos de inmuebles derribas sin demora.
Fanegas de plátanos cercas, devoras.
Con tus bramidos desquicias y amenazas.
7
Tu ruta endiablada no admite sosiego.
Con fuerza brutal culminas los destrozos.
Cocodrilo voraz de lomo rugoso,
de espaldas de piedra y entrañas de fuego.
8
Coloso infernal, empujas al horno,
el fruto intangible de manos curtidas,
que han hecho aquí su estancia, su vida:
su hogar, su huerta, su finca, su entorno.
9
Exhibes tu poder, titán imbatible.
El cráter candente descubre tus fauces.
Nuevos borbotones ensanchan los cauces,
temibles fronteras, siempre impredecibles.
10
Tu expansión exige evacuar aprisa,
dejando recuerdos, enseres, vivencias.
Luchando, pese a la humana impotencia,
frente a volcanes, temblores, cenizas.
11
Con humo y gases enturbias y ahogas
y obligas a aislar barrios enteros.
Cortas carreteras, caminos, senderos...
Ahorcan la esperanza tus ardientes sogas.
12
Sepultando vas, con tu mortal abrazo,
y, por asfixia, a la muerte condenas,
con cenizas, picón, jable o arena,
todo aquello que encuentras a tu paso.
13
Cañones de piroclastos obstinados
bombardean y ensordecen con sus sones,
mientras tus capas de coladas imponen
una inmensa lápida sobre el pasado.
14
Las densas pavesas borran las mañanas,
ocultan el cielo, la tierra dominan,
anuncian tragedias, confirman la ruina.
Hoy tocan a duelo tus negras campanas.
15
Rodillo impasible de brasas y escoria.
Natura sin riendas, no cabe la lucha.
Insensible y fatal: ni sientes ni escuchas.
Crematorio de bienes, huellas, memorias...
16
Guerra sin cuartel: tapias las salidas.
Te quedas, perenne cicatriz oscura.
Del monte a la playa, desastre sin cura.
Malpaís futuro, promesa de vida.
Oswaldo Izquierdo Dorta
Octubre de 2021