La red de estaciones permanentes GNSS (Red Geodésica Nacional de Estaciones de Referencia) de La Palma muestra que “tanto la elevación como la deformación sursuroeste registradas recientemente en la estación LP03, que es la más cercana a los centros eruptivos, ha revertido”, informa este sábado el Instituto Geográfico Nacional (IGN).
En la monitorización de la actividad del volcán se utilizan varios parámetros. Uno de ellos es la deformación o abombamiento del terreno. Este indicador es fundamental para los científicos pues está relacionado con el ascenso del magma hacia la superficie.
El IGN también señala que, desde anterior comunicado, emitido el viernes, se han localizado 90 terremotos en la zona afectada por la reactivación volcánica de Cumbre Vieja. Diez de estos sismos han sido sentidos por la población, “siendo la intensidad máxima en la zona epicentral IV-V (EMS98), en un sismo ocurrido a las 06:07 horas UTC del día de hoy, con magnitud 4,5 (mbLg) a 37 km de profundidad”.
A las 04:41 de este sábado, añade, “ha tenido lugar el terremoto de mayor magnitud desde el inicio de la erupción (4,6 mbLg), a una profundidad de 37 km, que ha sido sentido por la población con intensidad III-IV”.
Se han localizado un total de 11 terremotos a profundidades alrededor de los 30 km, el resto de los hipocentros del periodo están localizados a menor profundidad, en el entorno de los 12 km.
La altura de la nube de dispersión medida a las 08:00 horas UTC se estima en 4.500 metros.
La señal de tremor (vibración) volcánico mantiene una alta amplitud media, con pulsos de intensificación, desde el último comunicado.
Un tremor son vibraciones volcánicas prolongadas que se relacionan con la circulación de fluidos dentro del edificio volcánico, los cuales pueden ser muy variables: magma, gases, combinaciones de gases y agua, gases y cenizas (erupciones), entre otros. Cuando los fluidos pasan por una cavidad (fisura o grieta), sus paredes vibran y transmiten energía al medio en forma de ondas elásticas (sísmicas) de muy baja energía.