El 19 de septiembre de 2021, después de más de 25.000 pequeños terremotos durante ocho días, se produjo la erupción del volcán de La Palma que mantuvo a todo el país en vilo. Tras 85 días de actividad, la erupción más larga registrada en la historia de la isla terminó, pero las coladas de lava que hicieron evacuar multitud de localidades dejaron sin hogar a miles de personas.
Tras más de medio año del fin de esta erupción, estudiantes de la Universidad de Navarra del Máster en Diseño y Gestión Ambiental de Edificios de la Escuela de Arquitectura presentaron al Ayuntamiento de El Paso, municipio en el que se inició la erupción volcánica, unos proyectos con propuestas de regeneración urbana con viviendas colectivas ideadas para los afectados por el volcán.
Este proyecto nace a iniciativa del arquitecto y profesor de máster César Ruiz-Larrea. A través del Taller de Arquitectura Sostenible, planteó que el proyecto se orientase al diseño de estas viviendas para aportar una pequeña ayuda con sus ideas a la isla. Así, el Ayuntamiento de El Paso y la Escuela de Arquitectura firmaron un convenio de colaboración con el objetivo de que los estudiantes aportaran soluciones arquitectónicas para una parcela de uno de los municipios más afectados.
En concreto, se seleccionaron siete trabajos para una exposición en El Paso que se inauguró el pasado 7 de julio y donde jóvenes arquitectos, ingenieros y aparejadores presentaron sus propuestas de viviendas de emergencia con criterios sostenibles y de industrialización para conseguir realojar a las familias afectadas por la erupción del volcán de Cumbre Vieja.
Esas siete propuestas diferentes tenían como punto en común la construcción de un nuevo barrio de hasta 91 viviendas. Las casas se idearon de entre uno y cuatro dormitorios en agrupaciones de hasta tres alturas que cumplen los requisitos de tener la máxima sostenibilidad energética y ambiental y, sobre todo, de respetar al entorno y al patrimonio sociocultural de la isla.
Entre las estrategias utilizadas por los alumnos destacan el uso de la piedra volcánica, el aprovechamiento de la luz natural, la ventilación cruzada, patios interiores y cubiertas vegetales, entre otras. Además, dan mucha importancia a las terrazas y las viviendas pueden ser adaptadas a muy bajo coste e incluidas en el patrimonio municipal como residencias de alquiler.
Gabriela Bastos Porsani, exalumna del máster en Diseño y Gestión Ambiental de Edificios, ha podido formar parte, junto a Ruiz-Larrea, del proyecto de viviendas colectivas.
Bastos explica a Efe que “la idea es que se haga al menos uno de los proyectos que propusieron los alumnos. El día de la exposición, el alcalde de El Paso manifestó su deseo de llevar a cabo algún proyecto y que ya tenía tres o cuatro en mente como posibles opciones”.
La profesora ayudante comenta que los alumnos estudiaron el clima, el viento, la radiación y el entorno para conocer las necesidades de los habitantes y que una de las premisas era estudiar también la sociedad y el carácter comunitario de La Palma debido al interés de la población en tener espacios exteriores para huertas o jardines. Era muy importante que las propuestas no cambiasen esas características propias de la población.
Los alumnos ahora consideran que los proyectos se pueden mejorar, pero, según cuenta Bastos, “es lo que tiene trabajar con poco tiempo”. A pesar de ello, los 33 alumnos que se dividieron en siete grupos para trabajar en las viviendas se mostraron satisfechos tras el viaje a El Paso que hicieron para la exposición debido a la ayuda que pudieron dar a los habitantes afectados.
Bastos explica que este trabajo forma parte de “la estrategia de la Universidad de Navarra 2025 que busca que se trabaje siempre en grupos para que los proyectos sean multidisciplinarios y que tengan la base de la docencia, la investigación y ese carácter social, para proponer ideas y solucionar problemas reales”.