La Asociación Cazadores de Canarias Siete Islas señala que han aparecido “arruís putrefactos en las proximidades de puntos de aguas, como galerías o manantiales, lo cual constituye un riesgo de salud pública, ya que la descomposición de la materia animal genera productos como la cadaverina y la putrescina”.
Por lo tanto, apunta, “queremos denunciar esta situación e instar a los organismos responsables en materia de Salud Pública y Medio Ambiente a la retirada de los cadáveres de arruís del medio natural una vez abatidos. De no desarrollarse, nuestra Asociación estudiará emprender acciones legales contra la empresa responsable de los controles y la Consejería con competencia en esta materia”.
En un comunicado indica que “continúa el descubrimiento de cadáveres de arruís putrefactos, en esta ocasión, próximos a fuentes de agua en la isla de La Palma”. “Los últimos hallazgos han ocurrido en las inmediaciones de una galería de agua potable”. Destaca que la Asociación de Cazadores de Canarias “estudia emprender acciones legales contra Gesplan y la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo de La Palma por la aparición de arruís putrefactos próximos a puntos de agua aptas para el consumo humano y usos agropecuarios”.
Asegura que “a medida que ha transcurrido la temporada de caza mayor en la Isla de La Palma, el descubrimiento de arruís abatidos por la empresa Gesplan con la aprobación de la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo de La Palma, no ha cesado”. Añade que “paralelamente la preocupación se incrementa no solo cuando los ejemplares no se entierran como ya denunciamos hace unas semanas, sino que además éstos aparecen en las proximidades de los acuíferos o infraestructuras para la obtención de agua potable y su transporte (canales), lo que puede constituir un problema de salud pública para las personas que consumen el agua o hacen de ella una utilización agropecuaria”.
Indica que “cuando se produce la descomposición de un animal, se liberan sustancias como la putrescina y la cadaverina, consecuencia de los procesos de putrefacción del cadáver, los cuales liberan diferentes gases y sustancias tales como el necrocorume, compuesto clave en la determinación de aminas biógenas. La filtración de estas sustancias en el suelo y en las fuentes hídricas ocasiona factores que afectan a la calidad del agua que conlleva así a diversas repercusiones en materia de calidad ambiental y salud poblacional y por lo tanto de salud pública”.
“La presencia de cadaverina y putrescina por descomposición de los cadáveres” agrega, “podrían conllevar a la proliferación de microorganismos patógenos y a la variación de parámetros físico-químicos, como nitratos y nitritos, que afectan la calidad del agua. Además, cadaverina y putrescina pueden reaccionar con los nitritos presentes en el suelo dando lugar a productos potencialmente cancerígenos como las nitrosaminas”.
Desde la Asociación Cazadores de Canarias “denunciamos la aparición de arruís abatidos y abandonados por la empresa responsable Gesplan en la superficie cercana a los acuíferos o red de transporte de aguas, acción que constituye un riesgo para la salud pública, y motivos por el cual nos vemos obligados a exigir a aquellos organismos insulares incluso autonómicos, con competencia en materia de Salud y Medioambiente, que procedan a la retirada de los cadáveres de arruís del medio natural, tal y como hacen los cazadores, pues enterrarlos no evitaría el problema de salud pública que hemos expuesto”.