“¿Cuándo va a parar el volcán? ¿Cuánto más va a arrasar?” Son preguntas que la población palmera se formula cuando se cumple un mes de la erupción que mantiene en vilo a la isla. Los puntos de atención se han ido ampliando y se ha mejorado la cobertura en estos días, pero sobre todo voluntarios, trabajadores y personas afectadas explican que cuando se acaban los ahorros y la estancia fuera de casa deja de ser una situación provisional por unos días se dispara la demanda de atención social y jurídica. Este mismo martes por la mañana, Betina y Ricardo se acercaban a la oficina de atención a la ciudadanía de Los Llanos de Aridane. Se encontraban haciendo el camino de Santiago cuando se produjo la erupción el pasado 19 de septiembre. Al llegar a la isla solo les dio tiempo de sacar las escrituras de su casa, en el Corazoncillo, en la zona de Las Manchas, una de las más afectadas por la lava. Afirma que siente rabia contenida ya que poco antes de la erupción se convocó una reunión con vecinos de algunos barrios, pero la explosión se produjo más pronto de lo que se pensaba, sin haber pasado a semáforo naranja. Perdió los apartamentos que tenía y su casa en terrenos heredados. “Pedimos a las instituciones que ahora no nos lo hagan más difícil y faciliten las cosas”, afirma al salir de hablar con la abogada.
No es la única, hasta allí van entrando poco a poco distintas personas con casuísticas muy diferentes. Muchas dudas jurídicas, pero en la oficina también hay trabajadoras sociales que no paran de atender otro tipo de solicitudes. La concejala de Asuntos Sociales, Elena Concepción Marrero, señala a las puertas del ayuntamiento (donde también se acercan personas afectadas a plantear dudas, principalmente relacionadas con el catastro) que cada día se sigue actualizando el censo ya que “desgraciadamente se siguen perdiendo viviendas”. Recalca que los puntos de atención inmediata siguen funcionando, que se han atendido las demandas de lo básico, pero ahora se está gestionado las donaciones económicas invirtiéndolas en el municipio para que las familias puedan comprar en estos establecimientos y, a su vez, impulsar un poco la economía local. Para atender las demandas señala que está resultando fundamental el equipo de trabajadores sociales y de voluntarios.
Los voluntarios se concentran en todos los puntos de atención. En el terrero de lucha canaria Camilo León, en Los Llanos de Aridane, se ha establecido como punto de comida caliente a donde pueden acudir personas afectadas y personal del voluntariado. Allí, este martes se encontraba César, trabajador de confianza del ayuntamiento, que colabora en las tareas de este punto cada día. Explica que le ha tocado muy de cerca la situación ya que sus padres han perdido su vivienda por el avance de la lava. Ahora los acoge en su casa, pero han perdido como otros tantos vecinos y vecinas la historia de toda una vida. “Mi sobrina le preguntaba estos días a mi madre que si ahora no podría jugar en casa de la abuela”, lamenta. “Son momentos muy duros pero no nos podemos permitir decaer”, añade la concejala Lorena Labrador, que se encuentra un poco más arriba, en el Pabellón Severo Rodríguez de Los Llanos de Aridane, donde se alberga la comida y otros enseres. Explica que las donaciones de segunda mano las paralizaron hace días porque se habían visto desbordadas. “Pedimos que se realice una donación útil” y agrega que los pijamas o la ropa de cama se encuentran entre los enseres que más se solicitan y que se suelen acabar. También las donaciones económicas permiten adaptarse mejor a las necesidades de las familias.
Menús locales para los evacuados
Los restaurantes del municipio también están colaborando estrechamente con el ayuntamiento de Los Llanos de Aridane. Uno de ellos es La Pérgola, en pleno centro. La encargada explica que se están preparando menús para que las familias los recojan cuando los niños y niñas salgan del colegio. Hoy está preparando un total de 20 menús en los que no falta la sopa, los garbanzos, un segundo plato con carne y papas y postre. Apunta que su negocio ha aflojado un poco estos días ya que “la gente no está con ánimo” y muchas personas están echando una mano a familiares o a conocidos afectados directamente por la erupción.
Un poco más arriba se encuentra el imponente restaurante La Colonial 25, una casa colonial cuyo encargado de los camareros es Lainer Alberto Gómez, de origen cubano que explica que se han preparado un total de 17 menús para las personas que estaban evacuadas en el hotel de Fuencaliente pero que han sido trasladadas a un hotel de Los Llanos de Aridane. Ha preparado un terraza con mesas para albergar a estas personas y explica que tendrán posibilidad de comer y cenar en ellas. Hoy disponen de crema de verduras, pan, salpicón de atún, agua y una natilla de postre.
La población palmera resalta que es momento de “arrimar el hombro”, que toda la población sea de la parte de la isla que sea está “haciendo piña” en estos momentos. Todos los días miran al volcán desando que acabe “esta pesadilla” como le llaman y que el volcán sin nombre por fin se apague para poder reconstruir vidas. “Pero los palmeros somos gente muy fuerte”, recuerda Betina visiblemente emocionada.