En el Cabildo de La Palma se bajara la posibilidad de exponer en un futuro, en enclaves como playas y otros espacios públicos al aire libre, los esqueletos de los grandes cetáceos que han varado en las costas de la Isla en los últimos años. Al efecto, los actuales responsables han encargado a un especialista en la materia un estudio técnico. Los esqueletos de estos animales, una vez tratados convenientemente, se destinarían a la investigación y, asimismo, podrían ser utilizados con fines educativos y turísticos.
El último mamífero marino, una ballena rorcual tropical (en principio se creyó que era boreal), localizado muerto este martes frente a las costas de San Andrés y Sauces, tras practicarle una necropsia un equipo de expertos desplazado ex profeso a la Isla, ha sido enterrado este miércoles, 29 de marzo, en un solar del Cabildo situado en Barranco Seco, por encima de la carretera general del norte, donde también fueron sepultados hace años un cachalote y una falsa orca (una especie de delfín). Desde la primera Corporación se subraya que el enclave usado para los reseñados enterramientos no es el antiguo vertedero insular de residuos clausurado en 2012.
Según los técnicos consultados, el proceso para que animales de las reseñadas envergaduras queden en esqueleto tarda años.
En muchos museos marítimos o de ciencias naturales se exponen tales esqueletos con fines divulgativos y turísticos, señaló a este digital un profesor. En el caso concreto de La Palma, añadió, también podría vincularse “a nuestra pasada historia marinera y de construcción de barcos”.