El foco del Gran Telescopio Canarias (Grantecan o GTC), ubicado en el observatorio de El Roque de Los Muchachos, sigue incrementado su potencia para explorar las regiones más oscuras y lejanas del universo. El colosal ojo cósmico emplazado en las cumbres de Garafía, en breve, será capaz de ver en el rango espectral del infrarrojo cercano galaxias situadas en los confines de la bóveda celeste. La Universidad de Florida (EEUU) está probando la cámara Circe, instalada a principios de diciembre en el GTC, que permitirá observar con más detalle estrellas que empiezan a formarse o que están en su etapa final, ha señalado a LA PALMA AHORA el director del Grantecan, Pedro Álvarez.
El reseñado instrumento será sometido a nuevos ensayos a finales de enero o principios de febrero. El objetivo es que esté en funcionamiento en marzo de 2015, añadió Álvarez.
Para instalar la cámara Circe se ha tenido que acondicionar un nuevo punto de acople en el foco del GTC. El núcleo del GTC donde se concentra la luz que capta del firmamento tiene capacidad para colocar hasta siete instrumentos de las reseñadas características. Hasta hora se han ensamblado el Osiris (una cámara óptica) y el CanariCam-IR (una cámara térmica). El Circe, en consecuencia, es el tercero.
En la noche del pasado 10 de diciembre de 2014, quedó “instalado correctamente en el GTC”, indican desde el Grantecan. “Más de dos toneladas fueron añadidas al telescopio, incluido el instrumento en sí, la línea de líquido de nitrógeno, el tanque, bastidores electrónicos y contrapesos”.
La nueva cámara de infrarrojo cercano, añaden las mismas fuentes, ha sido diseñada y construida por la Universidad de Florida. “Será utilizada como un instrumento visitante en el GTC” y “funcionará en una región espectral muy importante, llenando el vacío entre los primeros instrumentos de generación del GTC (la cámara Osiris óptico y la cámara térmica CanariCam-IR)”.
El infrarrojo próximo, explicó Pedro Álvarez, es la luz que emiten cuerpos celestes más templados que el sol y que el ojo humano no percibe. Es decir, estrellas que están empezando a formarse o que se hallan en su etapa final y se están enfriando.
Con el Circe, agregó, podrán observarse igualmente objetos que se encuentran en medio de nubes de gas o polvo, así como galaxias lejanas.
Cada componente del Circe, señalan las fuentes anteriormente aludidas, “ha sido ampliamente probado en el laboratorio”. La noche del pasado 10 de diciembre, “después de unos pocos hipos del sistema, en torno a las 22.00 horas, el Circe estaba en marcha para la entrega de su primera imagen: una estrella en el anonimato en la constelación de Orión”. Una ovación “llenó la sala de control del GTC para celebrar el éxito y revitalizar un equipo agotado”.
No obstante, “será necesario mucho más trabajo antes de que el instrumento se ofrezca a la comunidad científica del GTC”. Su puesta en servicio continuará durante los próximos meses. Se espera que Circe comience las observaciones “rutinariamente en marzo de 2015”.