Los yacimientos prehispánicos de La Palma, desde el punto de vista turístico, es otro filón que tiene por explotar con más intensidad. La Isla cuenta con dos parques arqueológicos, el de Belmaco, en Mazo, y el de La Zarza y La Zarcita, en Garafía, que se mantienen, desde hace años, con la venta de entradas. En la actualidad se ultima el de la Cueva de El Tendal, en San Andrés y Sauces. También dispone de 15 zonas protegidas que pueden ser visitadas, entre las que destacan La Fajana, El Verde, el poblado de cabañas del barranco de Las Ovejas y Tamarahoya, todas estas en el municipio de El Paso; así como Buracas, en Las Tricias (Garafía), y La Erita, en las cumbres de Santa Cruz de La Palma.
Sin embargo, este legado no para de crecer con nuevos hallazgos. “Los inventarios llevados a cabo en los últimos 30 años han convertido a La Palma, en este aspecto, en la isla más rica de todo el Archipiélago canario, con el descubrimiento de más de 4.000 yacimientos prehispánicos, a pesar de que aún queda por prospectar más del 50% del territorio insular”, según se recoge en el Plan de Acción 2013-2022 de la Reserva Mundial de la Biosfera.
En la memoria de este documento se indica que “la relevancia de los valores naturales de La Palma se pone de manifiesto en la amplia superficie de espacios protegidos, que alcanza el 51% del territorio”. Asimismo, añade, “la exuberante vegetación, las caprichosas formas del relieve e, incluso, la claridad de su cielo, son cualidades que no han hecho más que conceder prestigio a la Isla”.
Sin embargo, apunta, “no ocurre lo mismo con los elementos culturales, los cuales, pese a contar con las más variopintas manifestaciones, han sido los grandes desconocidos para el visitante”. Prueba de ello, subraya, “son las interesantes y espectaculares manifestaciones de la etapa prehispánica, con más de 200 estaciones de grabados rupestres que se distribuyen por todos los ámbitos geográficos y cotas altitudinales, desde la orilla del mar a las cumbres más elevadas”.