“En La Palma también hay LGTBifobia en los institutos y dobles vidas”

En Madrid conoció de cerca al colectivo de hombres y mujeres homosexuales, bisexuales, transexuales e intersexuales (LGTBi) y tomó consciencia “de lo que significa para muchos jóvenes de provincias llegar a la capital y empezar a vivir con mayor libertad su condición sexual”. El periodista palmero Javier Rodríguez, especializado en política internacional, reside en la capital de España desde los 17 años aunque nunca ha perdido el contacto con la Isla. Durante varias temporadas de verano ha dirigido el Hoy por Hoy de la Cadena SER en La Palma. “El año pasado tuve la suerte de trabajar en el equipo de comunicación del Ayuntamiento de Carmena, donde empezamos a usar por primera vez de forma institucional conceptos como empoderamiento o feminismo, con un enfoque basado en Derechos Humanos”, ha señalado en una entrevista con La Palma Ahora.

Javier también ha conocido de cerca en Madrid a la Fundación 26 de Diciembre, que “desarrolla un trabajo precioso con las personas mayores LGTBi, muchas de ellas víctimas de la Ley de Peligrosidad Social con la que el franquismo torturaba impunemente a los homosexuales en los sótanos de la Guardia Civil”.

“Puede haber una realidad completamente invisible”

“Necesitamos, al menos, un estudio riguroso que nos permita conocer de qué manera afectan a nuestro entorno más cercano los problemas que sabemos que sufre el colectivo LGTBi en todas partes. Necesitamos espacios sociales e institucionales en los que abrir un debate público sobre los derechos del colectivo LGTBi en nuestro entorno. Necesitamos profesionales formados para detectar y afrontar esta realidad en lo cotidiano. Necesitamos herramientas sociales y compromisos institucionales. Porque puede que no exista ningún problema en La Palma a la hora de manifestar la diversidad afectiva y sexual, o puede que esa realidad sea completamente invisible porque nunca nos hemos detenido a mirar. Puede que la falta de diagnóstico esté facilitando la negación de la realidad”, afirma.

“Hay que visibilizar el problema y enfrentarse a él”

Recuerda que “cuando empezamos a luchar contra la violencia de género muchos hombres pusieron el grito en el cielo, diciendo que estábamos exagerando, que se trataba de violencia doméstica o problemas familiares. Gracias al trabajo de la sociedad organizada y del impulso institucional hemos conseguido visibilizar el problema y enfrentarnos a él, y hoy prácticamente nadie niega la realidad. Debemos ser conscientes de que sobre la violación de derechos opera muchas veces la invisibilidad total, la normalización, la aceptación como habitual de lo que es simplemente inaceptable”, subraya.

“En La Palma hay ausencia de recursos para las personas transgénero”

Cita como ejemplo el estudio que realizó el Colectivo de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales de Madrid (COGAM) en 2014 y que “reveló que nueve de cada diez alumnos de institutos públicos de la Comunidad de Madrid sienten que hay rechazo hacia lesbianas, gais, transexuales y bisexuales (LGTB) en las aulas de Secundaria. De los más de 5.000 alumnos encuestados, sólo un 24% cree que lo contaría en su clase si fuera lesbiana, gay o bisexual, mientras un 32% no lo haría. Casi 1 de cada 4 (el 21,5%) cree que sufriría rechazo si saliera del armario y sólo el 15,5% considera que recibiría el apoyo del resto de la clase. Entre el alumnado que se define como no heterosexual, con edades comprendidas entre los 12 y 17 años, el 80% oculta su orientación sexual en clase por miedo al rechazo”. “Estos son los datos para la Comunidad de Madrid, uno de los entornos donde más se ha trabajado en favor de los derechos del colectivo LBTBi, ¿qué sucede entonces en entornos como el nuestro, donde no existe ni siquiera un estudio sistemático al respecto?”, se pregunta Javier. “Tenemos ejemplos de visibilidad en La Palma realmente loables, personas que dicen con la voz muy alta que en la Isla viven con naturalidad y felicidad su condición sexual. Esto es maravilloso. Pero sería injusto y falso negar que lo contrario también existe. En La Palma también operan, por poner algunos ejemplos, problemas como la LGTBifobia en los colegios e institutos, la negación forzada de la identidad, la ausencia de recursos para las personas transgénero o las dobles vidas (por la apariencia de heteronormatividad), que generan enormes frustraciones. Problemas que son una realidad social perfectamente conocida y que tenemos la obligación de preguntarnos en qué medida también nos afectan a nosotros y qué estamos haciendo, como sociedad, para afrontarlo”, recalca.

“La condición sexual no es algo anecdótico”

“Nos tenemos que preguntar si nuestros institutos tienen protocolos contra la LGTBifobia, si nuestra policía local sabe lo que es un delito de odio, si nuestros servicios sociales están preparados para detectar casos de homofobia intrafamiliar, si disponemos de recursos para la prevención y el atendimiento especializado e íntimo que requiere el VIH, si los niños de La Palma reciben la educación en valores adecuada para vivir en una sociedad cada día más afectivamente diversa. Porque la condición sexual no es algo anecdótico, sino un aspecto central de la dignidad de cualquier persona”, expone. “En este asunto tienen que estar todos los partidos políticos sin excepción, la sociedad organizada, las fuerzas de seguridad, el sector sanitario y educativo, el empresarial y todos los modelos de familia presentes en la sociedad. Tenemos que remar juntos para mejorar la calidad de vida de muchas personas, porque una sociedad avanzada es aquella que trabaja en favor del cumplimiento efectivo de los derechos de todas las personas, pero especialmente de aquellas cuyos derechos son conculcados bajo una peligrosa indiferencia”, resalta.

“El respeto a la diversidad sexual no se consigue reforzando estereotipos”

Javier celebra “el contenido social del Isla Bonita Love Festival 2017, porque el respeto a la diversidad sexual no se consigue reforzando estereotipos, sino reforzando la diferencia, abriendo debates, asumiendo responsabilidades. Desde la completa independencia política, apoyé y apoyo el Isla Bonita Love Festival porque me parece una oportunidad única para abrir el debate sobre la diversidad sexual en islas como La Palma, El Hierro o La Gomera. Participé en las ponencias del año pasado y de allí nacieron importantes sinergias que hoy están facilitando, por ejemplo, la creación de la primera asociación LGTBi de La Palma. Esto es un hito que difícilmente se hubiera precipitado sin el Love Festival”.

“El Love Festival no se puede quedar en una pasarela anual de artistas”

Ahora bien, precisa, “el Love Festival no se puede quedar en una pasarela anual de artistas y cantantes, sino que tiene que facilitar al mismo tiempo un trabajo efectivo en favor de los derechos del colectivo LGTBi de La Palma. Ayudando a generar entornos cómodos para que la expresión de la diversidad sexual no sea patrimonio de artistas o de profesionales exóticos, sino de toda la sociedad diversa”. En este sentido recuerda que “existen agricultoras lesbianas, cosecheros homosexuales, camioneros y cajeras bisexuales. El Love no debería reforzar el estereotipo de homosexual frívolo, urbanita, con estudios y derrochador, porque existen también homosexuales de clase media, en entornos rurales igualmente respetables, con estudios medios y vidas sencillas”.