La contemplación de la bóveda celeste constituye en La Palma un foco de atracción cada vez más valorado. En este sentido, la Isla, prácticamente en su integridad, gracias a la transparencia de su cielo, es una terraza natural con vistas al infinito. En tal contexto se enmarca la red insular de miradores astronómicos que, desde hace más de dos años, viene acondicionando el Cabildo. La misma estará concluida en abril y contará con 16 atalayas siderales. Actualmente ya pueden ser visitadas diez del reseñado conjunto de balcones cósmicos proyectados para potenciar el turismo de la estrellas.
El cielo de La Palma “no es sólo patrimonio de los científicos o de los aficionados a la astronomía”, explicaron en su día los técnicos que, en colaboración con la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo y el Patronato Insular de Turismo, diseñaron la red de miradores. “Las bondades que ofrece el techo estelar que se puede divisar a simple vista desde cualquier punto de la Isla permite la creación de una oferta que sirva de referencia para los turistas, como un producto más de los que se vincula al patrimonio natural de la que se conoce como Isla de las estrellas”, argumentaron.
Con la descrita infraestructura, según se recoge en la Guía de Turismo Astronómico editada por la primera Corporación, “la Isla se ha convertido en un centro de interpretación al aire libre”. Los paneles que “la conforman”, detalla, “utilizan como fondo real la naturaleza y el cielo que nos rodea”. También se aprovechan “los enclaves oscuros y miradores en cada uno de los municipios”.
Hasta la fecha se han habilitado y equipado miradores astronómicos en Montaña El Molino (Barlovento), Montaña Bartolo (Puntallana), Barranco del Carmen (Santa Cruz de La Palma), Parque Los Álamos (Breña Alta), La Muralla (Tijarafe); San Borondón (Tazacorte), Llano del Jable (El Paso), Llano la Venta (Breña Baja), Montaña Las Tocas y Volcán San Antonio (Fuencalinte).
Están pendientes los de Montaña Buracas (Garafía), Montaña Miraflores (Puntagorda), Pico Cruz-Sur (San Andrés y Sauces), Monumento al Infinito (San Andrés y Sauces), Puerto Naos (Los Llanos de Aridane) y Mendo (El Paso)
Dicha red, explican sus impulsores, “desarrolla en cada sitio una temática diferente, abarcando desde las constelaciones, planetas y la Luna, hasta simulación de los equinoccios y solsticios”. De esta forma, añaden, “se invita a los usuarios a moverse por toda la Isla”.
También destacan que “en los miradores hay un lama (indicador) de senderos que permite encontrar la Estrella Polar, Osa Mayor y Osa Menor”. Son las veredas celestiales “más largas del mundo” ya que, recuerdan, “la Estrella Polar está a más de 400 años luz de distancia”. Precisamente, para estar acorde con la señalización aplicada en la red de senderos de la Isla, “desde el punto de vista medioambiental, se han instalado en la de miradores los mismos formatos de mesas y postes de madera que en otros espacios naturales”.