La presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica del Consejo General del Poder Judicial y vocal de este órgano, Ángeles Carmona Vergara, ha participado este miércoles en unas jornadas sobre violencia de género que ha organizado el Colegio de Abogados de Santa Cruz de La Palma en el Espacio Cultural de la Fundación CajaCanarias. En una entrevista con La Palma Ahora, se ha mostrado esperanzada con las nuevas reformas del Código Penal. “Van a suponer grandes pasos contra la violencia de género”, ha asegurado.
El Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género es una institución creada en el año 2002, cuya finalidad principal consiste en abordar el tratamiento de estas violencias desde la Administración de Justicia. Está integrado actualmente por el Consejo General del Poder Judicial, el Ministerio de Justicia, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, el Ministerio del Interior, la Fiscalía General del Estado, las Comunidades Autónomas con competencias transferidas en Justicia, el Consejo General de la Abogacía Española y el Consejo General de Procuradores de España. Es un instrumento de análisis y actuación que, en el ámbito de la Administración de la Justicia, promueve iniciativas y medidas dirigidas a erradicar el problema social de la violencia doméstica y de género.
-¿Por qué la sociedad no ha logrado erradicar la lacra de la violencia de género?
-Como muy bien has dicho, erradicar la lacra de la violencia de género es un problema estructural de la sociedad, no solo en los órganos judiciales podemos acabar con esta lacra, por desgracia. Tenemos que seguir concienciando, sensibilizando y, sobre todo, trabajando y coordinándonos juntos para que todo el mundo diga ‘no’ a la violencia de género. Por eso en el Observatorio siempre decimos que cualquiera que tenga cerca a una mujer que esté sufriendo violencia de género tiene que ayudarla, apoyarla, para que pueda salir de ahí, porque la única manera de abandonar ese círculo es sintiéndose segura y apoyada. Toda la sociedad tiene que estar coordinada en ese sentido.
-¿Las muertes por maltrato han entrado ya dentro de la normalidad?normalidad
-En el Observatorio contra la Violencia Doméstica nos negamos a pensar que estas cifras tan terribles de asesinatos son tolerables en nuestra sociedad. Son absolutamente intolerables, y todas las instituciones que estamos en el Observatorio y que tenemos competencia en este tema, lo que queremos es eliminar estas conductas y, fundamentalmente, los delitos más graves que son los asesinatos o las lesiones severas.
-¿Cree que deben hacerse reformas penales en materia de violencia de género?
-El Observatorio ha propuesto muchas reformas que han tenido acogida este año en la Reforma del Código Penal (Ley de Enjuiciamiento Civil, Ley de Enjuiciamiento Criminal etc.,) con la entrada en vigor del Estatuto de la Víctima. Estamos convencidos de que todas estas reformas van a suponer grandes pasos contra la violencia de género. Pensamos que la introducción en el Código Penal de nuevos delitos respecto de los cuales existía una laguna legal, como es el acoso, el acoso contra el menor o su consideración como víctima directa de la violencia de género, están concienciando muchísimo a la sociedad y se está aplicando ya en los órganos judiciales medidas de protección y seguridad de los menores para que no sufran la violencia que padecen sus madres. Creemos que cuando pase un tiempo, estas reformas darán sus frutos. Como estamos viendo en las últimas estadísticas, las condenas van siendo mayores y los menores están siendo mejor protegidos por nuestra legislación.
-¿Qué mensaje desea transmitir a las víctimas del maltrato?
-Siempre le hemos dicho a la víctima que no se sienta culpable, que no sienta vergüenza. Ser víctima de la violencia de género es algo que le puede ocurrir a cualquier mujer, cualquiera que sea su edad, condición económica o social, nacionalidad… Tiene que dar el paso, y si no puede denunciar, porque sabemos que la denuncia es una decisión muy dura, que lo cuente, que pida ayuda, que acuda a cualquier recurso (comisaría, asistente social, médico…), o que lo diga a sus familiares, allegados, compañeros de trabajo… Es la única manera de poner en marcha el mecanismo de protección de ellas y de sus hijos.