La vendimia en La Palma se encuentra en pleno desarrollo, aunque este año trae consigo circunstancias atípicas que han impactado negativamente en la producción vinícola, debido a la combinación de los efectos del incendio forestal en la comarca noroeste y las repetidas olas de calor durante el verano.
El incendio forestal declarado a mediados de julio en Puntagorda, aunque no consumió los viñedos, afectó una parte crucial de la comarca noroeste, que representó un 42% de la producción insular el año pasado, siendo los bordes de parcelas cercanas a los pinares y los fondos de los barrancos cultivados las áreas más perjudicadas.
Además, las olas de calor de agosto han causado daños adicionales, impactando en las uvas en proceso de ‘enverado’, que es cuando adquiere el color tinto, lo que ha provocado la caída de hojas que son esenciales para la formación de racimos.
En comparación con el total de 1.150.000 kilogramos cosechados el año pasado, este año se espera una drástica disminución en la producción, según los datos preliminares que maneja el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Vinos de La Palma.
La presente campaña de recolección, que comenzó el 5 de agosto, ya ha alcanzado alrededor de 300.000 kilogramos, lo que representa un avance significativo en comparación con los 142.000 kilos cosechados en la misma época el año anterior.
Sin embargo, se estima que este aumento se debe a que “esta vendimia viene muy adelantada”, según la gerente del Consejo Regulador, Eva Hernández, ya que “se está recogiendo uva prácticamente en toda isla en lugar de hacerse por subzonas, como es habitual, empezando por el sureste y acabando en el norte”.
Hernández ha explicado, en declaraciones a EFE, que el adelanto de la vendimia podría atribuirse al estrés hídrico causado por las olas de calor, que afectaron el desarrollo adecuado de las uvas.
Además, el incendio ha generado otro problema añadido, ya que “destruyó parte de la vegetación circundante y ha dejado a la fauna silvestre sin muchas opciones de alimento, generando una mayor presión sobre los viñedos”, ha apuntado la gerente.
“La situación es alarmante, la isla experimenta una falta de relevo generacional en la agricultura, y muchos agricultores están abandonando los viñedos”, reconoce la entrevistada, lo que no solo afecta a la producción de vinos, sino que también “aumenta el riesgo de incendios al ocuparse ese espacio con plantas inflamables como el 'rabo de gato'”.
Aunque las expectativas eran altas para igualar la vendimia del año pasado, los cálculos actuales indican que la producción se quedará muy por debajo de esa cifra debido a las condiciones climáticas adversas. Mientras los viticultores continúan enfrentando estos desafíos, el sector vinícola de La Palma reclama medidas y apoyo a largo plazo.