Un helicóptero ha comenzado este viernes a trasladar el material que se precisa para la obra de colocación de mallas, a 150 metros de altura, en la corona del Risco de la Concepción. La aeronave volverá a operar, con el mismo cometido, dentro de unos diez días.
La actuación, a cargo del Cabildo de La Palma, se enmarca en la tercera fase de las obras de emergencia de saneo, estabilización y protección de taludes con las que se pretende evitar la caída de rocas a la carretera desde las descomunal mole del conocido hidrovolcán, en la zona próxima al muelle pesquero de la carretera de Bajamar, donde confluyen los términos municipales de Breña Alta y Santa Cruz de La Palma.
El consejero de Infraestructura del Cabildo de La Palma, Jorge González, respecto a la obra de emergencia, ha señalado que desde la primera Corporación insular “ya hemos manifestado que, dada la importancia” de la mencionadas vía y “vistos los problemas originados en periodos de lluvia, apelamos a que el Gobierno de Canarias lleve a cabo en este tramo una intervención más ambiciosa que ofrezca garantías definitivas para la seguridad de quienes por allí transitan, como podría ser la creación de un falso túnel”.
Como se ha informado, debido a los mencionados trabajos, el tramo de Bajamar, como ocurrió en enero, ha sido cerrado y el tráfico de entrada a Santa Cruz de La Palma, desde ese punto, a partir de este jueves, 14 de marzo, es desviado de nuevo por el túnel de La Portada, que se ha habilitado en doble sentido. Está previsto que las referidas obras, y el consiguiente desvío del tráfico, se prolonguen hasta el próximo día 29.
La primera fase de esta actuación, consistente en la instalación de barreras dinámicas, se ejecutó el pasado mes de enero. Seguidamente se llevó a cabo la segunda que consistió en el saneamiento de la pared vertical del talud. La tercera fase, referida a la colocación de la malla en la corona del talud, se ha iniciado este jueves.
Los trabajos para la colocación de la malla en la corona del talud, que tienen como labores previas la finalización de la instalación de la línea de vida que allí quedará permanente para futuras acciones de saneamiento, requiere la intervención del citado helicóptero para subir materiales hasta la zona, ubicada a unos 150 metros de altura.
La malla, con una red de anillos, se anclará con bulones en la corona de la pared vertical del risco, en un tramo de 130 metros lineales desde los que se cayeron las piedras en los últimos desprendimientos.