Francisco José Santana, el primer fallecido en un incendio forestal en Canarias desde 1984

El agente de medio ambiente Francisco José Santana, fallecido este jueves en el fuego que afecta desde el miércoles a La Palma,  es la primera víctima mortal por un incendio forestal en Canarias desde el gran incendio de La Gomera en 1984 que se cobró 20 vidas, entre ellas la del gobernador civil de Santa Cruz de Tenerife, Francisco Afonso.

Francisco José Santana, conocido como Francisco, era natural de Melenara, en la costa del municipio grancanario de Telde. Estaba casado con Nani y tenía cinco hijos: Aitami, Iruya, Urma, Nuga e Irga. Era afiliado al sindicato UGT y contaba con más de 20 años de experiencia en la lucha contra los incendios. 

El agente medioambiental quedó encerrado en una zona “muy complicada” con muchos barrancos y pinos de gran altura y las llamas le sorprendieron después de que se produjera un giro brusco del viento, según precisan fuentes del sindicato CCOO consultadas por Europa Press.

Según cuenta el colectivo ecologista Ben Magec-Ecologistas en Acción, Santana era una persona conocida por sus habituales colaboraciones con los colectivos ambientalistas y sociales, y había abandonado hace años su puesto de trabajo en Iberia para disfrutar de la naturaleza en las zonas más interiores de la isla de Gran Canaria y cambiar su modo de vida urbana por otro de vida rural plenamente integrado en un hábitat natural.

El colectivo ecologista lo recuerda como una persona “comprometida, de amplios ideales y con una visión serena” y que decidió licenciarse en Derecho y, “con esfuerzo y tesón”, aprobó las oposiciones al cuerpo de Agente de Medio Ambiente de Canarias, entidad con la que realizaba su trabajo en La Palma. Además, era conocido porque participó “de una forma decidida y como él sólo sabía hacer en los inicios de Radio Guiniguada”estando en su comisión de organización y redacción, llevando además la dirección del programa Agarfa.  

Mientras, desde CCOO han precisado que Santana era “un buen profesional, experimentado, cauto y muy cuidadoso” en cuanto a los riesgos a los que se someten los que participan en la extinción de incendios forestales.

El agente forestal y delegado de CCOO, Luis Baute Alvarado recordó que el fallecido se dedicaba a un trabajo “en el que nos la jugamos cada vez que nos enfrentamos al fuego, a sus cambiantes condiciones, a la orografía y la vegetación, a los rigores de las temperaturas y de los vientos, al propio estado individual de cada uno. Nunca debemos olvidar que nuestro trabajo es así, y en esta ocasión la suma de todos los factores nos dejan sin esta magnífica persona.”

Para el sindicato ya habrá tiempo para el análisis, para la búsqueda de las causas del origen del siniestro, de conocer y exigir las responsabilidades “para los que provocan y apoyan tanta destrucción”.

“Ahora nos toca llorar esta pérdida, lamentar lo ocurrido, estar al lado de su familia, compañeros y amigos” señala el representante sindical, quien asegura que el fallecido hubiese deseado “levantarnos todos juntos, como en otras ocasiones, seguir adelante en la defensa del Medio Ambiente y continuar en la lucha”.

Víctima 70 en lo que va de siglo

Con la muerte de Francisco Santana en las tareas de extinción del incendio forestal de La Palma son 70 el número de fallecidos en la lucha contra el fuego desde el año 2000.

El anterior trabajador forestal fallecido recuerda la Agencia EFE que fue un piloto de helicóptero que, el 23 de diciembre de 2015, realizaba labores de extinción en el concejo asturiano de Parrés y perdió la vida al estrellarse su aparato a causa del humo y la niebla.

El año 2005 es el año más trágico en pérdidas de vidas humanas debido a los incendios, ya que se registraron 17 víctimas mortales.

El suceso más grave fue el sucedido el 17 de julio de 2005, cuando once personas (dos agentes medioambientales y nueve miembros de retenes) murieron mientras trabajaban en las tareas de extinción de un incendio originado el día anterior en el municipio de Riba de Saelices (Guadalajara) por una barbacoa mal apagada.

Este fuego se cobró aún otra víctima el 27 de septiembre de 2006, fecha en la que murió un trabajador que participaba en la limpieza de la zona calcinada.

Otra fecha especialmente trágica fue el 21 de julio de 2009, cuando murieron cuatro bomberos y dos resultan heridos graves al quedar atrapados, después de que cambiara la dirección del viento en el incendio forestal del Parque Natural de Els Ports, cerca de Horta de Sant Joan, Tarragona. El 24 de julio falleció uno de los bomberos heridos.

Entre los accidentes más graves de estas características figura el acontecido el 19 de marzo de 2011, cuando seis de los siete miembros de una brigada antiincendios del Gobierno de Aragón murieron al estrellarse en Teruel el helicóptero en el que viajaban para apagar un incendio en la localidad de Villel.

Y por último, tres trabajadores del Servicio Forestal y de Calidad Ambiental (SEFOCA) de la Junta de Extremadura murieron el 29 de junio de 2000 al volcar el camión cisterna en el que viajaban cuando se dirigían a sofocar un incendio declarado en las cercanías de Llerena (Badajoz).