La estación de grabados rupestres de Lomo Gordo I, en el Pico Bejenado (El Paso), fue protegida mediante un vallado metálico en el año 2006 mediante un proyecto ejecutado por el Ayuntamiento de El Paso, con las subvenciones que otorgaba el Organismo Autónomo Parques Nacionales. También se procedió al desescombro del extremo norte del yacimiento, así como la limpieza y restauración de los petroglifos.
El Cabildo ha tenido que intervenir en varias ocasiones para reparar los destrozos provocados en el propio vallado, así como en la puerta de entrada. Sin embargo, esos destrozos nada tienen que ver con el atentado sufrido hace unos días, cuando sustrajeron unos 35 metros lineales de la malla metálica, de dos metros de altura, que circundaba todo el perímetro del yacimiento que cuenta con 36 paneles de motivos geométricos (espirales y meandriformes, esencialmente).
Los autores del robo se han aprovechado del confinamiento por el coronavirus y de que ha habido unos días en los que, por las tardes, el Pico Bejenado se ha cubierto con nubes, con lo cual quedaba oculto de las personas que viven en la parte alta de El Paso. Hay de tener en cuenta que este lugar también se conoce como Lomo de La Trocha, por el cortafuegos que recorre este lomo, que periódicamente se limpia de vegetación por parte de Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, por lo que es muy visible desde muchos puntos de la parte alta del Valle Aridane.
La consejera de Cultura y Patrimonio Cultural del Cabildo de La Palma, Jovita Monterrey Yanes, lamenta profundamente el robo y denuncia que se sigan produciendo este tipo de hechos que ponen en grave peligro de deterioro y desaparición el legado patrimonial benahoarita. Añade que estos hechos están considerados como muy graves en la Ley 11/2019, de 25 de abril, de Patrimonio Cultural de Canarias, lo cual comporta una sanción económica que va desde 150.000 hasta 600.000 euros.
Por su parte, Jorge Pais Pais, inspector de Patrimonio Cultural del Cabildo, recuerda que este tipo de actos vandálicos y delitos, como el robo de parte de las mallas metálicas que protegen los yacimientos, no es la primera vez que se producen, puesto que hace unos años se produjo el hurto de algunos de estos elementos en la cercana estación de grabados del Lomo de Tamarahoya VI. Así mismo, recalca que los hechos ya han sido puestos en conocimiento y denunciados al Seprona para llevar a cabo las investigaciones pertinentes.