Un vecino de Breña Alta encontró este domingo los cadáveres de dos cerdos que fueron arrojados en una zona boscosa de San Isidro, en las cercanías de la conocida como Curva de la Muerte, incumpliendo la normativa en este aspecto.
El abandono de animales muertos en áreas apartadas de los núcleos urbanos es una práctica habitual en la Isla.
El referido vecino denuncia, por otro lado, que la tumba del perro que murió de hambre en la citada zona ha vuelto a ser destrozada por desaprensivos y lamenta “la falta de sensibilidad” de las personas que cometen estas acciones.