Un refrán casi más antiguo que la propia humanidad dice que “todos loscaminos llevan a Roma”, allí donde, ante los ojos del César, medían sus agallaslos más fieros gladiadores. Y es que ahora, en la Copa del Mundo de baloncestoque se está celebrando en España, mora el alma del emperador por losalrededores del Barclaycard Center madrileño, donde se espera el gran duelo enla batalla decisiva: España-Estados Unidos. Antes, los nuestros deben superareste miércoles a Francia y posteriormente a Brasil o Serbia. Mientras, a EstadosUnidos le espera mañana en semifinales una Lituania con nada que perder y lagloria eterna por ganar, esa gloria que consagra a los más grandes guerreros detodos los tiempos.
La selección norteamericana no ha dejado apenas un atisbo para lasorpresa, plantándose en estas semifinales con la autoridad generada a travésun superioridad física tan evidente como sobrecogedora. De este modo se gestósu triunfo de cuartos de final ante Eslovenia (76-119), que apenas aguantó losdos primeros cuartos. Pese a las bajas previas (Kobe Bryant, LeBron James,Kevin Durant, Carmelo Anthony, Blake Griffin, Dwight Howard, Russel Westbrook,LaMarcus Aldridge, Paul George, Kevin Love…), su arsenal, ni que fuera aquellode los panes y los paces, sigue pareciendo infinito, con una plantillaprácticamente entera de nivel All Star. Encima, Derrick Rose ha ido elevando sunivel de juego conforme ha ido avanzado este torneo (12 puntos y 5 asistenciasen 18 minutos ante Eslovenia).
Harden, la teórica estrella de la selección USA dada la trayectoriafísica del propio Rose, parece obcecado con tener en España los mismos tirosque en Houston, algo imposible si comparte balón con Irving o Curry, suscompañeros titulares en la línea exterior. Especialmente el primero ha sabidogestionar bien esta pérdida de galones, por lo que no se duda de sutitularidad. Como escudero de lujo siguen teniendo a Klay Thompson, cuya muñecaes un hervidero. El alero de los Golden State Warriors, siempre amenazantedesde fuera, es el hijo de Mychal Thompson, cantero de lujo en uno de los mejoresequipos de la historia: los Lakers del showtimede Magic Johnson, Abdul Jabbar, Worthy, AC Green, Byron Scott, Michael Cooper…
Estados Unidos carga mucho su juego sobre Faried o Davis, siempreintensos, pues bajo aros esa superioridad física es aún más pronunciada. Poreso, para que Lituania tenga alguna opción de victoria, aunque sea mínima, pasaporque Valanciunas (12 puntos y 13 rebotes ante Turquía en cuartos) oMotiejunas, ambos también en la NBA, no se carguen pronto de faltas pese a quelos gemelos Lavrinovic, con un físico granítico, parecen relevos de garantías. PasaLituania por ser un equipo especialmente solidario en su juego exterior,reduciendo cada día más la influencia en el equipo de la baja de Kalnietis, suteórico base titular. Allí se reparten el protagonismo. Así, Seibutis, con 19puntos, fue el líder de la victoria sobre Turquía en cuartos de final. El juegoexterior lituano, con Pocius o Maciulis, es capaz de darle un serio disgusto aEstados Unidos (10/19 triples en la ronda anterior).
Los poderes de Lituania son muchos. Los de USA, todavía más. Para laprimera, estar en la final es un sueño aliñado de milagro. Para la segunda,mucho más que una obligación. ¿Presión? Toda la del mundo. Pero ya lo dijo PedroCalderón de la Barca: la vida es sueño. Y los sueños, sueños son.