Unas 2.000 personas llegan a las Islas tras sobrevivir a la ruta migratoria canaria en un fin de semana que recuerda a 2006

El buque Salvamar Menkalinan arriba este domingo al muelle de Arguinegín (Gran Canaria) con más de un centenar de personas migrantes de origen magrebí.

Canarias Ahora

Las Palmas de Gran Canaria —

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Un fin de semana con ecos de la crisis de los cayucos de 2006. Del 6 al 8 de noviembre casi dos millares de personas han llegado a las Islas tras sobrevivir a la ruta migratoria canaria, de las más peligrosas del mundo, a bordo de pateras o cayucos. Antes de estos días, 2020 ya se había convertido en el segundo año con más llegadas por esta vía (12.743 en 449 embarcaciones), solo superado hace 14 años, cuando 31.678 personas sobrevivieron a la ruta atlántica y en el mes de mayo se registraron 2.000 llegadas durante un fin de semana.

Después de 2006, las llegadas por la ruta canaria fueron cayendo hasta los 423 migrantes que arribaron en el año 2017. A partir de ese año, el número de personas que han alcanzado las Islas en pateras o cayucos no ha dejado de subir: en 2018 fueron 1.266 personas y en 2019, unas 2.200.

Según un recuento elaborado por Europa Press con datos aportados por Salvamento Marítimo, Cruz Roja y el 112 Canarias hasta las 18.00 horas de este domingo, durante la noche del viernes al sábado fueron seis las embarcaciones localizadas, con unas 304 personas que fueron trasladadas al Muelle de Arguineguín (Gran Canaria).

Durante la mañana del sábado, Salvamento rescató otras tres embarcaciones con unos 89 migrantes al sur de la isla, que fueron también llevados a Arguineguín.

Mientras, en El Hierro un cayuco con 159 migrantes fue localizado por el organismo estatal y trasladado al Muelle de La Restinga. El Centro Coordinador de Emergencias (CECOES) 1-1-2 del Gobierno de Canarias confirmó la tragedia: uno de los ocupantes había fallecido, mientras que parte de los supervivientes tuvieron que ser atendidos por deshidratación.

Durante la tarde del sábado llegaron al Muelle de Arguineguín un total de 250 personas que fueron asistida a pie de puerto, tras ser rescatadas de siete pateras y un cayuco.

Al mismo tiempo, en las islas de Tenerife y La Gomera, Salvamento Marítimo rescató a los ocupantes de dos cayucos y una patera, trasladando a 271 migrantes al Muelle de Los Cristianos y a 23 a Playa de Santiago (La Gomera).

Todo ello provocó que este sábado la ruta migratoria canaria alcanzara su máximo diario, con la llegada en menos de 24 horas de más de 1.000 personas en 18 embarcaciones.

En la noche del sábado a las primeras horas de luz del domingo, fueron 20 las embarcaciones y cayucos que fueron localizadas con alrededor de 600 migrantes, a bordo de tres pateras que llegaron de madrugada a Gran Canaria por sus propios medios y dieciocho más conducidas a esta isla por barcos de la Guardia Civil o Salvamento Marítimo, según confirmó a Efe el 112.

También durante la mañana de este domingo, 49 subsaharianos, entre ellos una mujer y un menor, fueron rescatados de un cayuco cuando se encontraban al norte de la isla de El Hierro. Y arribaron por sus propios medios una 85 ocupantes de otro cayuco, tres de ellos posibles menores de edad, que tomaron tierra en Playa Santiago, en la isla de La Gomera

En las horas centrales de la jornada, el avión Sasemar 101 localizó varias pateras al sur de Gran Canaria, por lo que se activó a la Salvamar Menkalinan, que rescató a los 115 ocupantes que iban a bordo de seis pateras; también ponía rumbo al Muelle de Arguineguín, a donde llegó sobre las 15.30 horas.

Además, Salvamento Marítimo ha partido en la tarde de este domingo en la búsqueda de otras tres embaraciones, aunque a las 18.00 aún no habían sido localizadas.

Durante la jornada, el puerto ha albergado a más de 1.570 personas y el personal de Cruz Roja reconocía que  “poco más hueco hay dentro” de la instalación. Por otro lado, el sindicato policial Jupol expresaba en un comunicado su “preocupación” por el aumento de las llegadas de inmigrantes a Canarias, una “tragedia humanitaria” que afirma tiene “desbordados, desatendidos y sin capacidad de reacción” a los agentes encargados de custodiarlos, por lo que ha demandado al ministro de Interior más medios humanos y materiales.

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