Un detenido en Gran Canaria por difundir un vídeo de amenazas a los migrantes

Europa Press

Las Palmas de Gran Canaria —

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La Policía Nacional ha detenido este jueves en Gran Canaria a un hombre que difundió en los últimos días un vídeo con amenazas explícitas contra los migrantes, en medio de la inquietud generada en el sur de isla por varios altercados y peleas atribuidos a personas llegadas en patera a la isla.

Fuentes de la investigación han precisado a la agencia Efe que se relaciona al arrestado con un vídeo difundido en foros de WhatsApp, en el que no solo se escuchan amenazas de contenido xenófobo, sino en el que además se exhibe un arma blanca.

La Policía y la Guardia Civil confirmaron este miércoles que estaban haciendo un seguimiento de los mensajes de incitación al odio contra los migrantes que circulaban por las redes sociales y por grupos de Whatsapp con referencias a Gran Canaria, en algunos casos amagando con organizar actos de violencia en grupo.

Desde los dos cuerpos de seguridad se subrayó que, si bien no querían magnificarlas, se tomaban y se toman “muy en serio” ese tipo de amenazas, por más que en algunos casos pudieran parecer poco más que “bravuconadas”, porque en algunos municipios del sur de Gran Canaria se ha generado un clima delicado.

De hecho, la Delegación de Gobierno en Canarias celebró el martes sendas juntas de seguridad con los dos municipios turísticos de la isla, San Bartolomé de Tirajana y Mogán, donde existen numerosos establecimientos que habían cerrado por la crisis y que el Ministerio de Migraciones ha utilizado desde hace meses para alojar a quienes llegan en patera, ante el colapso de la red de acogida.

La “inseguridad” no se corresponde con los datos

En las dos juntas, el delegado del Gobierno, Anselmo Pestana, anunció a las alcaldesas de ambos ayuntamientos que enviaba agentes de refuerzo (policías a Maspalomas y guardias civiles a Mogán) para elevar a “sensación de seguridad”, expresión que repitió en varias ocasiones porque, desde su punto de vista, la percepción de “inseguridad” que se ha creado no se sostiene con datos objetivos.

No obstante, como explicó el propio Pestana, la Delegación del Gobierno no deja de reconocer que algunos inmigrantes han protagonizado altercados en los establecimientos donde estaban alojados o en sus alrededores, cuya difusión en forma de vídeos grabados con el móvil ha generado inquietud a algunos ciudadanos.

De hecho, uno de los protagonistas de esos altercados en los establecimientos de acogida ha sido detenido y el delegado del Gobierno se ha comprometido a procurar que quienes demuestren un comportamiento incívico sean expulsados de la red de acogida.

El último caso ocurrió este lunes, cuando comenzó a hacerse viral una pelea grabada en una plaza de Maspalomas en la que siete hombres se golpean con enorme violencia entre los coches aparcados en la zona. En el vídeo se escuchan los comentarios del ciudadano que, en un momento, exclama de forma espontánea un “lo mató”, al ver que uno de los hombres derriba a otro de un golpe y lo deja inmóvil.

En realidad, no hubo muertos en la pelea, como han confirmado las fuerzas de seguridad, pero el vídeo siguió multiplicando su difusión este martes a pesar de los desmentidos, en mensajes que subrayaban dos cuestiones: parte de los contendientes en la pelea eran de aspecto magrebí y, supuestamente, el “fallecido” era un “gorrilla” (un aparcacoches) canario que luego había muerto en el Hospital Insular.

No bastó con que lo negara el hospital. La Policía Nacional tuvo que difundir un mensaje en su cuenta nacional de Twitter, que siguen 3,5 millones de personas, con una captura de pantalla del vídeo, otra del mensaje con la falsa muerte y esta advertencia: “¡No hay fallecidos en la pelea de Gran Canaria, es un bulo!”.

La Fuerzas de Seguridad del Estado tienen conocimiento de esos mensajes e incluso de grupos de WhatsApp con conversaciones de tono racista y amenazante y están haciendo un seguimiento, porque en algunos casos el exabrupto roza el delito de incitación al odio y, en otros, se prefiere vigilar que no se pase de las palabras a los hechos.