Más de 150 migrantes fueron detenidos en 2021 solo en Gran Canaria acusados de ser los patrones de las pateras en las que llegaron a la isla, en el que constituye el esfuerzo más visible de la Policía española contra las redes que trafican con personas.
En un informe monográfico sobre la ruta canaria publicado en los últimos días, la Oficina de Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (UNODC) cuestiona si esa es la estrategia adecuada, si el peso de la ley está cayendo sobre personas que apenas tienen relación con las redes que mueven las pateras y que, con frecuencia, cogen el timón para pagarse así su propio pasaje hacia Canarias.
“Sin embargo, los miembros de los grupos delictivos de la costa noroccidental de África que organizan el contrabando de migrantes a lo largo de esta ruta rara vez son objeto de actividades policiales”, escribe la UNODC en el último informe de su Observatorio sobre el Tráfico de Migrantes, que se publica con la colaboración de los gobiernos de Dinamarca, Canadá y Japón.
A diferencia de lo que ocurría hasta la llamada crisis de los cayucos (2006), cuando la mayoría de los jóvenes que llegaban a Canarias en patera se había “autoorganizado” la travesía, en la actualidad casi todos los que sobreviven a la ruta atlántica han puesto su vida en manos de grupos de traficantes una o varias veces: tanto a la hora de embarcar, como en su periplo anterior hasta llegar a la costa de partida, subraya Naciones Unidas.
En estos momentos, confirma este informe de la ONU, se paga por subir en una patera a Canarias entre 1.500 y 3.000 dólares, en tarifas que dependen de varios factores, como el punto de partida, el tipo de barca (neumática, patera o cayuco) y la posibilidad o no de repetir si el grupo es interceptado en la costa de salida.
“Las ofertas de los contrabandistas para cruzar desde el Sahara Occidental en lanchas neumáticas son más baratas, mientras que la travesía en patera o cayuco, con un número menor de ocupantes, menos de 30 personas, resultan más caras, de acuerdo con informantes clave”, relatan los autores de este trabajo.
El negocio es redondo. Según la UNODC, cada patera genera a la organización que la fleta unos ingresos de unos 80.000 dólares, que cubren el coste de la embarcación (se pagan unos 10.000 dólares por barcas no registradas), dos motores (habitualmente uno de los dos es nuevo), “sobornos para los agentes policiales” en las costas de partida y, en pocos casos, la comida y alojamiento previos.
En África Occidental, la información sobre los servicios de los contrabandistas generalmente se obtiene en lugares estaciones de autobús, taxis, cafés o peluquerías. También circula boca a boca, a veces través de “facilitadores” o “ganchos” a sueldo de las propias mafias y, en otras, llega en forma de consejo de alguien que emprendió la ruta hacia Europa antes y que comparte sus contactos.
El patrón de una patera, relata Naciones Unidas, rara vez pertenece a esa organización. Y, si tiene alguna conexión con ella, es con su escalón más bajo, por eso el informe se plantea si es acertado, o no, enfocarse en detener a quienes llevan el timón.
Según la UNODC, “la mayoría de los informantes clave de las fuerzas del orden y del sistema de justicia penal españoles (consultados para este informe) destacaron que las operaciones de lucha contra el tráfico de migrantes en Canarias no están dando en el blanco, ya que se centran en enjuiciar a los patrones”.
Los patrones de las pateras se enfrentan en España a un delito agravado, penado con condenas de cuatro a ocho años de prisión, que pueden llegar a 10 o 20 años si alguno de los ocupantes de la patera fallece en la travesía (generalmente se suma un año, como mínimo, por cada muerte catalogada como “homicidio imprudente”).
La ONU recuerda que, en con la ley española en la mano, llevar el timón o el GPS de la patera para pagarse así la travesía no es una disculpa legal. Al contrario, se considera un beneficio o un lucro para el protagonista de esa conducta y “activa” el Código Penal.
La UNODC advierte de que lo que está ocurriendo en la Ruta Canaria, considerada como una de las más peligrosas del mundo, le genera “preocupaciones sobre la victimización de los patrones de las pateras por parte de los organizadores del contrabando con base en el noroeste de África”, por “la presencia de elementos potenciales de abuso de una posición de vulnerabilidad, uno de los posibles medios de trata de personas, y de actividades delictivas forzadas”.
Y hay abogados canarios, añade, que le han relatado que tienen clientes procesados como “patrones” que en realidad cogieron el timón cuando los verdaderos pilotos de sus embarcaciones murieron al cabo de varios días a la deriva, y que lo hicieron para intentar salvarse a ellos mismos y al resto de ocupantes de la barca.
¿Cómo se identifica a los patrones? A veces, la Guardia Civil o la Policía disponen de imágenes tomadas desde el aire que delatan a quien lleva en timón (si es que no se cubre el rostro), pero, por lo general, se les procesa con la declaración de compañeros de travesía, a los que se convierte en “testigos protegidos”.
La UNODC remarca que no le consta que, hasta el momento, se haya concedido a un patrón esa misma condición, la de “testigo protegido”, para impulsar “investigaciones sobre los organizadores y miembros de alto nivel de las organizaciones de contrabando”.