La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de Naciones Unidas está “extremadamente preocupada” por el “fuerte” aumento de las muertes y desapariciones en las distintas rutas de las pateras hacia Canarias, que en lo que va de año se ha cobrado 785 vidas, el doble que en 2020 a la misma fecha.
El programa Missing Migrants (Inmigrantes Desaparecidos) de la OIM recopila a diario los casos en los que se ha podido verificar la muerte o desaparición de un emigrante en cualquier lugar del mundo.
En el caso de la Ruta Canaria, el programa ha registrado en lo que va de año 785 muertes -entre ellas, 177 mujeres y 50 niños-, lo que supone un incremento de casi un 130% respecto al mismo período de 2020, que hasta esta fecha tenía contabilizadas 343 fallecimientos.
Agosto ha sido “el mes más mortífero” con 379 vidas perdidas (doce cada día), subraya en un comunicado la OIM, que recalca que en todo 2020 se registraron 850 muertes de migrantes en la Ruta Canaria, la cifra más elevada en un año desde Naciones Unidas comenzó a recopilar datos en 2014.
No obstante, el director del Centro de Análisis de Datos de Migración Global de la OIM, Frank Laczko, advierte de que el número real de vidas perdidas en el mar es probablemente mucho mayor porque en esta ruta son frecuentes los “naufragios invisibles”, en los que no hay supervivientes y resultan “casi imposibles de verificar”.
Quienes logran llegar lo hacen después de haber sobrevivido a “viajes cada vez más arriesgados”, alerta la OIM, que recuerda el caso de una patera que el mes pasado quedó a la deriva en El Aaiún y fue encontrada dos semanas después en Mauritania con solo siete personas a bordo (de 54 que partieron).
“La gente ya estaba empezando a morir y arrojamos sus cuerpos al mar para que el barco no pesara demasiado y morir todos. Había gente que parecía haber enloquecido, se mordían, gritaban y se tiraban al mar”, relató al personal de la OIM uno de los supervivientes.
Hasta el 14 de septiembre han llegado a Canarias 11.060 personas en 288 pateras, un 117 % más que en el mismo período del año pasado, cuando arribaron 5.090 inmigrantes, según datos del Ministerio del Interior.
Si esa cifra se cruza con el balance de muertes que reporta la OIM, se observa que, como promedio, fallece un inmigrante por cada once que consiguen llegar a las islas desde las costas de África.
Caminando Fronteras, colectivo que sigue también de forma intensa lo que ocurre en la Ruta Canaria, eleva el balance de víctimas por encima de los 2.000 (1.922 en el primer semestre), porque, en su caso, incluye los ocupantes de 36 pateras que desaparecieron sin dejar rastro.
“La falta de esfuerzos conjuntos para recuperar los restos de migrantes en esta y en todas las rutas significa que cientos de familias quedan en duelo”, asevera Laczko.
La OIM exige acabar con esta “insensata” pérdida de vidas en todas las rutas marítimas hacia Europa para lo que insta a una “respuesta integral” de los estados para mejorar la capacidad de búsqueda y rescate y para alcanzar una migración “segura, ordenada y regular”.