El silencio reina en el muelle de La Restinga. Este lunes, y por primera vez en varios días, ningún cayuco ha desembarcado en El Hierro. A los vecinos de este pueblo costero les resulta extraño, así que se ponen en alerta cada vez que pasa un coche de la Cruz Roja o de la Guardia Civil. “Está el mar muy calmado, así que no te extrañe que ahora aparezca alguno”, comentan dos hombres en una cafetería sin despegar los ojos del puerto. En lo que va de octubre, 2.367 personas migrantes han llegado a este muelle en cayucos después de atravesar el Atlántico. Las grandes embarcaciones de colores siguen ahí, conservando los restos de una peligrosa travesía.
Un enorme cayuco llama la atención respecto al resto. Se trata de una de las tres embarcaciones que llegaron este domingo a la isla. El escudo del Barça corona la barca, cubierta por una montura de madera que soportaba una lona. Dentro del cayuco puede verse una montaña de zapatos desparejados. Chubasqueros negros y verdes y, sobre todo, mochilas. También se observan algunas frases en árabe.
Un hombre rompe el silencio pensando en voz alta. “Yo no puedo venir más aquí. Qué tristeza”, lamenta. “Ahí venían niños pequeños. Estos días he escuchado barbaridades. Hay quien cree que vienen por gusto, pero nosotros también tuvimos que irnos a trabajar fuera”, dice.
Con curiosidad observa el interior de otro cayuco, esta vez de color blanco. Entre los pedazos de madera hay un caldero con restos de arroz, utensilios de cocina y restos de carbón. También botellas de plástico, flotadores salvavidas de color negro y paquetes de galletas vacíos. El agua del mar cubre ya el fondo del cayuco y ha mojado toda la ropa que quedaba dentro.
Mientras tanto, dos voluntarios de Cruz Roja ordenan cajas de zapatos y conjuntos de chándal, preparándose para futuras llegadas. En el muelle también se han instalado tres baños químicos. La Salvamar Adhara, que no ha dejado de salvar vidas en los últimos días, descansa en el puerto.
Un fuerte estruendo se oye al otro lado. Una excavadora arrastra un cayuco y lo rompe. Los operarios han amontonado los bidones de gasolina en un lado. También los motores de las embarcaciones. Después, la madera se hace pedazos. “La fibra de esto se envía a Tenerife y después a La Península, para que sea reutilizada”, explica un trabajador del muelle.
Cifras sin precedentes
Octubre está siendo un mes de llegadas sin precedentes. En solo nueve días, han sobrevivido a la ruta más mortal de acceso a Europa 4.531 personas en 53 embarcaciones, según las cifras oficiales publicadas por Efe.
Un balance de Cruz Roja también ha revelado que la mayoría de los rescates se han dado en El Hierro, donde han sido auxiliadas 2.367 personas. De ellas, 474 son menores. El flujo de llegadas a Tenerife también ha sido intenso, con 703 supervivientes en poco más de una semana. Le siguen Lanzarote (518), Gran Canaria (375) y Fuerteventura (295).
La crisis sociopolítica que atraviesa Senegal es solo una de las razones que explican el incremento de cayucos en Tenerife y El Hierro. Sin embargo, según ha informado el experto Txema Santana, todas las rutas permanecen abiertas. “En 24 horas llegaron personas desde el sur de Marruecos, desde Cabo Bojador, desde Mauritania y desde Senegal”, explica. En las últimas horas, Salvamento Marítimo ha rescatado a 357 personas que intentaban llegar a Fuerteventura, Lanzarote, Tenerife y Gran Canaria en cinco pateras y cayucos.
El Hierro cuenta con algunos dispositivos habilitados para atender la emergencia. Sin embargo, algunas personas tan solo pasan pocas horas en estos espacios, ya que los traslados de adultos a otras islas del Archipiélago son ágiles. En la mañana de este lunes, un barco trasladó a decenas de supervivientes hasta Tenerife.
El reparto de menores es aún una tarea pendiente. Cerca de 200 niños y adolescentes siguen en la isla, aunque en los últimos meses se han derivado cerca de 300 a otros puntos de la comunidad autónoma.