MADRID, 3 (EUROPA PRESS)
La decisión del Ministerio del Interior de conceder el tercer grado penitenciario al secuestrador de Ortega Lara, el etarra Josu Uribetxebarría Bolinaga (lo que le abre la puerta a la libertad condicional), ha generado el mayor debate y desencuentro interno del PP en los últimos años.
El presidente del Gobierno ha apoyado a su ministro del Interior, mientras que Esperanza Aguirre ha respaldado la posición de Jaime Mayor Oreja. Basagoiti ha advertido de que lo que más le perjudica es la división interna y el ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, ha reclamado que los debates se hagan en el seno del partido y no en los medios de comunicación, según informaron a Europa Press fuentes populares.
La intervención de Jorge Fernández Díaz, para justificar ante el partido sus decisiones en materia penitenciaria en relación con los presos de ETA, ha provocado una reacción en cascada de varios dirigentes populares dentro de la reunión del Comité Ejecutivo del PP que ha tenido lugar esta mañana en Génova, la primera después de las vacaciones de verano.
Las fuentes consultadas por Europa Press explican que el titular de Interior realizó una larga intervención, que se extendió por espacio de una media hora, para explicar los motivos que le habían llevado a conceder el tercer grado al etarra Bolinaga, que se encuentra enfermo de cáncer en un hospital de San Sebastián.
Fernández Díaz explicó la situación actual de la política penitenciaria contra ETA, mediante una cronología y un relato de su actuación, paso a paso, afirmando que no depende de que le guste o no lo que ha hecho, y explicando que la aplicación de la Ley impedía hacer otra cosa.
EL “PODRÁN” DEL REGLAMENTO PENITENCIARIO GENERA POLÉMICA
De hecho, se centró en el artículo 104.4 del Reglamento Penitenciario en el que se dice que “los penados enfermos muy graves con padecimientos incurables, según informe médico, con independencia de las variables intervinientes en el proceso de clasificación, PODRÁN ser clasificados en tercer grado por razones humanitarias y de dignidad personal, atendiendo a la dificultad para delinquir y a su escasa peligrosidad”.
Según el ministro, ese “podrán”, en el contexto jurisprudencial, implicaba hacer lo que han hecho, es decir, conceder el tercer grado penitenciario a Bolinaga. Y recalcó que se trata de la práctica habitual en casos similares.
Además, aseguró que no ha cambiado la política antiterrorista y, para apoyar su afirmación, se refirió a las actuaciones que se habían llevado a cabo durante la época en la que gobernó José María Aznar y era ministro del Interior Jaime Mayor Oreja, al recordar que este último tomó decisiones parecidas con los presos de la banda. Tras estas explicaciones, el ministro justificó su decisión asegurando que se está llevando a cabo en un momento en el que ETA se encuentra derrotada.
Pero una vez que el ministro aportó su versión de los hechos, se sucedieron las reacciones de varios dirigentes populares: Jaime Mayor Oreja, Esperanza Aguirre, Antonio Basagoiti y José Manuel García Margallo intervinieron para dejar claras sus posiciones al respecto.
ETA NO ESTÁ DERROTADA, SINO ALCANZANDO EL PODER
El exministro y ahora eurodiputado Mayor Oreja precisó que no tenía previsto intervenir pero que se veía obligado al escuchar al Fernández Díaz decir que ETA está derrotada. En este sentido, precisó que no puede dejar pasar esa afirmación cuando, en su opinión, la banda, lejos de haber sido derrotada, está alcanzando el poder.
Aprovechó, además, para puntualizar las afirmaciones del titular de Interior, alegando que cuando él dejó el libertad a algún preso enfermo fue en otro contexto. Puso el ejemplo de la concesión del tercer grado a Jon Idígoras, portavoz de Batasuna, que se encontraba enfermo con un enfisema pulmonar. Según Mayor Oreja, la salida de Idígoras se produjo en un contexto en el que Batasuna estaba siendo ilegalizada, pero ahora, recalcó, ETA está alcanzado el poder.
No obstante, y según explicaron después dirigentes del PP presentes en la reunión, la afirmación de Mayor Oreja no se ajusta exactamente a la realidad por las fechas en las que se produjeron los acontecimientos que citó, ya que la excarcelación de Jon Idígoras se produjo el 26 de mayo de 1998, mientras que la primera ilegalización de Batasuna tuvo lugar en 2002.
En cualquier caso, la esencia de la intervención de Jaime Mayor Oreja se vio apoyada, en parte, por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. La dirigente popular madrileña, tras admitir que se ha cumplido la Ley de manera escrupulosa y de afirmar que es lógico que los presos puedan morir con sus familiares, cuestionó si el “podrán” del artículo 104.4 del Reglamento Penitenciario no podía haberse interpretado de otra manera, dando a entender que esa expresión permitía hacer otras cosas. Es decir, que el “podrán ser clasificados en tercer grado” podría haberse interpretado en un sentido más restrictivo.
BASAGOITI PIDE APOYO Y NO DIVISIONES
En esta discusión también participó el presidente del PP vasco y candidato a las a lehendakari en las elecciones vascas del 21 de octubre, Antonio Basagoiti, quien realizó un llamamiento a la unidad. De hecho, dejó claro que la discusión le perjudica a él de cara a los comicios en Euskadi y pidió que no se mantuviera el debate sobre este asunto para evitar fortalecer a Bildu en las elecciones. Además, pidió el apoyo de todos los miembros del Comité Ejecutivo y que se evitaran las divisiones.
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, también criticó que este asunto se haya discutido en los medios de comunicación, criticando así veladamente a Mayor Oreja por sus declaraciones a una radio que fueron las que provocaron la polémica. Margallo consideró que, como el asunto ya se había discutido esta mañana en el Comité Ejecutivo del partido, debía darse por zanjado.
Tras toda esta discusión tuvo como broche la intervención del presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, quien mostró claramente el apoyo a su ministro del Interior. En este sentido, dijo que había que estar con los ministros del Interior porque él lo ha sido y sabe que no es fácil el papel del titular de esa cartera.
En cualquier caso, quiso dejar claro que el Gobierno no ha cambiado los planes en relación con ETA, que no está siguiendo la política de Zapatero, que no tiene pactos con nadie, que no negociado con ETA ni lo hará, que no acepta chantajes y que aplica la Ley. Finalmente recalcó su intención de mantener la firmeza contra ETA y dio por concluida la discusión sobre este asunto.