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ETA asesina a uno de sus principales hostigadores

El inspector de Policía Eduardo Puelles, asesinado este viernes por la mañana por ETA, causó innumerables problemas a la banda y a su entorno durante sus doce años en tareas antiterroristas. En su hoja de servicios consta desde la desarticulación del comando Vizcaya a varias infraestructuras de captación de la banda en esa provincia y grupos de kale borroka, el último en febrero de 2008 con ocho arrestos, informaron fuentes de la lucha antiterrorista.

En febrero y abril de 2003, la Policía exprimió la información incautada al ex jefe de ETA Ibon Fernández Iradi en un chalet de la localidad francesa de Tarbes. Puelles participó en la desarticulación de la práctica totalidad del aparato de captación de ETA en País Vaco y Navarra. Se detuvo a 20 personas y se incautó numerosa documentación sobre objetivos de la banda terrorista. Dos de los detenidos ya formaban un talde de ETA.

Una de las operaciones más importantes en las que Puelles volcó su “gran profesionalidad”, según ha desrito su trabajo la Dirección General de Policía y Guardia Civil, fue la desarticulación del comando Vizcaya que cayó en el Puerto de Urkiola. Se detuvo a Josune Oña y Asier Mardones, dos liberados que pertenecían al comando que tendió una trampa a la Ertzaintza en el Alto de Herrera en 2003, resultando muerto uno de los terroristas.

Contra el 'aparato de captación'

El 8 de febrero de 2005, con Puelles ya como jefe de grupo en la Brigada Provincial de Información resultaron detenidos 24 presuntos miembros del aparato de captación de ETA , nueve de ellos en Vizcaya.

Todos esta labor le valió a Puelles más de 30 felicitaciones públicas del Ministerio del Interior y dos condecoraciones con la cruz al mérito policial, con distintivo blanco.