MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
Sabino Fernández Campo, conde de Latores y ex jefe de la Casa del Rey, ha muerto esta madrugada en la Clínica Ruber Internacional de Madrid, donde permanecía ingresado desde el pasado 12 de octubre tras ser intervenido de urgencia por una oclusión intestinal. Su cuerpo será trasladado este lunes al tanatorio de Tres Cantos, informó a Europa Press su viuda, María Teresa Álvarez.
“Anoche falleció nuestro padre, después de luchar contra una enfermedad infecciosa que se le produjo después de una intervención quirúrgica de la que afortunadamente se estaba recuperando bien”, indicó esta madrugada en la puerta del hospital su hijo Luis Fernández Fernández-Vega. “Tuvo la mala fortuna de infectarse con una neumonía que es la que al fin y al cabo la que le ha producido el fatal desenlace”, añadió.
Acompañado de su hermano Miguel, Fernández Fernández-Vega quiso agradecer el interés mostrado por la evolución de su padre, dijo que habían sido muchas las muestras de cariño que han recibido desde que se conociese el fallecimiento de su padre e informó de que el entierro se celebrará el próximo martes en Oviedo.
“Llevaba ya dos o tres días en que el pronóstico empezó a ponerse muy negro. Aunque siempre mantienes un poco de esperanza, ya nos fueron advirtiendo los médicos que había muy pocas posibilidades de recuperación”, agregó.
El conde de Latores trabajó durante cerca de veinte años al servicio de la monarquía. En 1975 fue nombrado subsecretario de la Presidencia del Gobierno a propuesta del ministro Alfonso Osorio, y del Ministerio de Información y Turismo un año más tarde, en el gobierno de Arias Navarro. En 1977 entra en la Casa del Rey. Designado por Juan Carlos I, Secretario General de la Casa real, permaneció a su lado hasta 1993, siendo al mismo tiempo desde 1990, jefe de la Casa, en sustitución de Nicolás Cotoner y Cotoner.
La Casa Real se ha interesado permanentemente por su estado de salud desde que fue hospitalizado. De hecho, la Reina fue a visitarle y permaneció durante más de una hora en el centro hospitalario, mientras que el Rey se interesó personalmente de su evolución todos los días a través del teléfono.