BARCELONA, 3 (EUROPA PRESS)
El ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol apeló este martes a la presunción de inocencia para sus “amigos” Macià Alavedra y Lluís Prenafeta, los dos altos cargos de sus gobiernos implicados en el caso Pretoria, y reiteró su confianza en ambos.
“Alavedra y Prenafeta son amigos míos. Lo han sido durante muchos años y siguen siéndolo, y yo sigo sintiéndome amigo de ellos”, dijo en declaraciones a TVE recogidas por Europa Press, en lo que son sus primeras palabras desde que se inició la operación por orden del juez Baltasar Garzón.
Admitió que la detención de ambos le causó sorpresa y le entristeció, aunque quiso agradecer a Alavedra, ex conseller de la Generalitat, y a Prenafeta, ex secretario de Presidencia, los servicios que prestaron durante muchos años en la Generalitat y en favor de Cataluña.
“Reiteró mi confianza en Alavedra y Prenafeta”, insistió Pujol, tras constatar que ambos pertenecen “al pasado”, dado que hace 19 y 12 años, respectivamente, que no están en política activa.
Así, al preguntársele si debe reconocer errores en este caso, el ex presidente de la Generalitat manifestó que él puede asumir errores suyos, pero no de otros. Confió también en que la justicia actúe correctamente y sirva para aclarar los hechos “porque hay muchos casos que inicialmente se han presentado con gran estrépito y finalmente se han quedado en casi nada”.
Pujol, que está en Madrid para presentar el segundo volumen de sus memorias, justificó también que en 1980 le dijera a Prenafeta que la Generalitat eran sólo ambos. En este sentido, quiso contextualizar esos años recordando que entonces “no existía la máquina” de la Generalitat, sólo algunas instituciones como el Parlament. “No era un acto de desagradecimiento, porque tan tontos no somos”, aseguró.
“Prenafeta me ayudó mucho a crear la Generalitat hasta 1990. Creo que lo hizo bien y le estoy agradecido”, añadió el que fue 23 años presidente de la Generalitat.
En el coloquio posterior con periodistas, también habló del 'oasis catalán', afirmando que la detención del alcalde socialista de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona), Bartomeu Muñoz, demuestra que “oasis no hay en ninguna parte”.