La dimisión del concejal del PP en La Oliva Claudio Gutiérrezmarqués
“Fuerteventura es un hervidero por el Plan Turístico”. La contundencia de la afirmación de una de las fuentes consultadas por CANARIAS AHORA, para dar con las claves de los últimos movimientos de González Arroyo en sintonía con Blas Acosta (PSOE) en La Oliva, revela una durísima pugna político-empresarial ante la inminente desaparición del mapa de 54.000 camas turísticas, que quedarían desclasificadas si finalmente el presidente del Cabildo, Mario Cabrera (CC), saca adelante en octubre el Plan Territorial Turístico de la isla, aparcado durante el mandato anterior a instancias de su socio de gobierno hasta el 27 de mayo, el PSOE de Domingo Fuentes Curbelo y Blas Acosta.
De las presiones político-empresariales, para dejar otra vez aparcado un plan puesto en marcha por la ex consejera de Turismo Olivia Estévez (PSOE), no se libra nadie. “Ni en CC, por supuesto, pero resulta que ahora Mario Cabrera está decidido a ordenar el territorio y el turismo de la isla, porque los empresarios reclaman siempre ”calidad, calidad, calidad“, pero cuando lo han visto por fin plasmado en un documento, se echan para atrás”. Una de las condiciones de CC para pactar con el PP en el Cabildo de Fuerteventura fue, precisamente, la aprobación del Plan Territorial Turistico, redactado durante el mandato 2003-2007 y olvidado desde 2005.
La situación es complicada. Y todo porque fallaron los cálculos del poder en el llamado pacto de la avioneta entre el marqués y Blas Acosta. No controlan el Cabildo y su ámbito de actuación se reduce al municipio de Pájara. Prácticamente el resto de la isla se tiñió el 27 de mayo de color nacionalista, en alianza con el PP oficial de José Manuel Soria y Águeda Montelongo. Y al fallar los cálculos del reparto del poder entre el Norte y el Sur majorero, las previsiones de contentar a un empresariado proclive al popular y al socialista no se pueden cumplir.
Porque las fuentes consultadas aseguran que, ante la evidencia de que fue el PSOE quien aparcó el Plan Territorial Turístico redactado por su propia consejera de Turismo, con la excusa de que se entraba en periodo preelectoral, la intención, de haber ganado el poder en el Cabildo, era olvidar por completo las directrices que emanan de ese nuevo documento.
No sólo porque afecta a 54.000 camas en diferentes fases de ejecución -Canalbión, en Pájara por ejemplo, ya tenía levantada la estructura cuando fue paralizada por la Justicia al invadir la Reserva Natural de Jandía-, en un suelo que quedará ahora fuera de uso turístico, sino porque la previsión de contentar al empresariado proclive elevaba incluso a 100.000 las camas a desarrollar en la isla, con proyectos de calidad que sortearan la moratoria turística, como en Gran Canaria y Tenerife.
“La presión se ha incrementado en estas dos últimas semanas”, confirman las fuentes consultadas por este diario, ante un empresariado prácticamente proclive en su mayoría a los planes urbanísticos y turísticos del pacto de la avioneta, que ahora tendrá que negociar con CC y, sobre todo, la idea fija del presidente del Cabildo de sacar adelante el documento, en otras dos semanas que se prevén intensas en Fuerteventura.