La portada de mañana
Acceder
España tiene más de un millón de viviendas en manos de grandes propietarios
La Confederación lanzó un ultimátum para aprobar parte del proyecto del Poyo
OPINIÓN | Aldama, bomba de racimo, por Antón Losada

El Cabildo rescata un ingenio azucarero de 1486

Efe

El Cabildo de Gran Canaria está a punto de cerrar un acuerdo con los propietarios de los terrenos donde aparecieron en 2006 los restos del ingenio azucarero de Agaete, un molino de caña fundado en 1486 que propició el desarrollo económico de la isla y financió la conquista de Tenerife. Las obras de una urbanización destaparon, por casualidad, los restos del ingenio del capitán Alonso Fernández de Lugo (1456-1525), uno de los protagonistas de la conquista de Gran Canaria y el promotor del intento definitivo de Castilla para tomar Tenerife.

El Cabildo grancanario estudia un acuerdo con la promotora IBSA, en virtud del cual esta le cedería entre 20.000 y 25.000 metros cuadrados de los terrenos por los que se extiende el yacimiento, para que la corporación insular se ocupe de su conservación y lo acondicione para que pueda ser visitado por el público.

Las islas conservan abundantes restos de ingenios azucareros (solo en Gran Canaria hay una veintena), pero los responsables de la excavación de Agaete sostienen que este es “fundamental para la historia de Canarias y de Europa”, tanto por su temprana datación, de la que hay abundante constancia en documentos históricos, como por lo que representó en términos económicos y estratégicos.

“Aquí tenemos la suerte de tener casi controlado todo lo que sería un ingenio azucarero del siglo XV, desde las dependencias, hasta el sistema hidráulico que movía el molino de caña”, ha explicado a Efe la profesora de Historia Medieval de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, María del Cristo González.

El ingenio de Agaete se construyó en 1486 a la orilla del mar, pero dos o tres años después se desplazó algo más al interior, al emplazamiento que hoy se estudia en las excavaciones y donde siguió en funcionamiento durante casi siglo y medio, hasta 1640.

La excavación en la zona ha deparado ya la recuperación de varias monedas acuñadas por los Reyes Católicos -de datación compleja, porque en Canarias circularon hasta el siglo XVIII- y de restos de cerámica, tanto aborigen, como importada por los castellanos de talleres de alfarería de Sevilla y de Portugal.

Los restos de cerámica peninsular, extensamente estudiados, ayudarán a atribuir un contexto histórico y cultural más preciso a la cerámica aborigen con la que comparten yacimiento, de la que existe mucha menos información, apunta González.

Pero, además, el yacimiento en su conjunto ayudará a entender mejor una industria, la azucarera, que propició el primer despegue económico de Canarias y que luego España llevó a América, añade.

El ingenio de Agaete tiene también un papel destacado en la historia de España, ya que Fernández de Lugo se lo vendió a los mercaderes genoveses Antón Cerezo y Francisco Palomares para financiar la que sería definitiva intentona de la Corona de Castilla por conquistar Tenerife y someter a la población guanche.

De esa transacción no solo hay abundantes relatos, señala la profesora de la ULPGC, sino también testimonios directos en el patrimonio histórico y religioso del pueblo de Agaete.

De hecho, la ermita de Las Nieves, a la que todo el pueblo peregrina en la Fiesta de La Rama, guarda el famoso tríptico de la virgen encargado por Antón Cerezo al pintor flamenco Joos van Cleve, que se pagó con los beneficios del próspero comercio azucarero.

El Cabildo de Gran Canaria planea recuperar todos esos valores con un proyecto de puesta en valor de ese yacimiento presupuestado en más de un millón de euros, en el que espera encontrar el apoyo de otras administraciones.