Desde este sábado, 17 de abril, y ante la indiferencia vecinal, la alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria vuelve a las Casas Consistoriales de la plaza de Santa Ana. El acto institucional, presidido por el propio alcalde, Jerónimo Saavedra, y el presidente del Gobierno canario, Paulino Rivero, se celebró en las nuevas dependencias y durante su intervención el regidor insistió en varias ocasiones en que las nuevas dependencias “están concebidas para un mejor funcionamiento administrativo” y para que “los representantes de la soberanía popular estudien, debatan y decidan los asuntos que han de conformar los avances sociales y el rumbo de la historia”.
Esto se combinará con una apuesta decidida del grupo de gobierno por la participación ciudadana, haciendo gala de su interés de inaugurar una “nueva era en la historia de la institución”, y para ello, “las puertas están abiertas para que representaciones y agentes sociales, vecinos, profesionales, gente de toda condición en definitiva, conozcan el interior del inmueble” y lo utilicen, señaló Saavedra. Aunque este sábado, el día más importante, los ciudadanos brillaron por su ausencia.
Además del presidente del Gobierno de Canarias, acudieron al acto el del Cabildo de Gran Canaria, José Miguel Pérez y todos los ex alcaldes vivos, a los que el actual les concedió un gran protagonismo durante todo el acto. Allí se pudo ver a Emilio Mayoral, José Vicente León, José Manuel Soria y Pepa Luzardo. La Corporación actual en pleno y representantes de otros municipios como Teror, La Aldea de San Nicolás, Arucas y Valsequillo, también asistieron.
El acto comenzó con la intervención del presidente canario en el patio central del inmueble, que este sábado lucía espléndido, después de los trabajos de acondicionamiento que han durado hasta última hora. Rivero destacó que los vecinos de Las Palmas de Gran Canaria “se merecen un espacio de representación como éste”, y agradeció al Ayuntamiento “su generosidad con las necesidades del Gobierno canario”. En correspondencia aseguró al alcalde Saavedra que su Ejecutivo colaborará para resolver las necesidades de la ciudad “en la medida de sus necesidades”.
Saavedra hizo un amplio esbozo de la historia del edificio, desde que comenzó a funcionar en 1535, y destacó que desde su concepción se construyó para albergar la institución que regiría el futuro de la ciudad. “Y fue este edificio respuesta y realidad de todo ello a lo largo de los siglos, convertido en centro de la vida cívica e institucional”, explicó. En su discurso, el alcalde recordó que los grancanarios tenían en este edificio un punto de referencia cotidiano como ámbito donde debían dilucidarse y debatirse las ideas e iniciativas. Este anhelo lo considera Saavedra como “una expresión del patriotismo cívico de los ciudadanos de Las Palmas de Gran Canaria”, que “se mantuvo hasta el cierre del edificio”. Por ello, considera que “se deberá perpetuar en el futuro”.
No desaprovechó la oportunidad para destacar, en contra de las críticas hechas por la oposición, que en este inmueble “ni el lujo ni la ostentación son factores predominantes”.
El acto oficial terminó con un cocktail en la terraza, desde donde se disfruta de unas privilegiadas vistas del casco histórico. Antes, el alcalde y sus predecesores, acompañados de Rivero y Pérez firmaron en el libro de honor, que también se estrena hoy