Ciudadanos se resiste a desaparecer en Canarias y reivindica “el proyecto de centro” de Arrimadas

Ciudadanos (Cs) sufre la peor de las resacas. El partido de Inés Arrimadas sucumbió en Murcia tras la fallida moción de censura dinamitada por tres tránsfugas, está siendo desmembrado en Madrid por el goteo de salidas de altos representantes denunciando una “deriva sanchista” de la formación, y camina repleto de heridas en Canarias, donde ha protagonizado varios capítulos salidos de tono desde el mismo inicio de la legislatura autonómica en 2019.

Enrique Arriaga, coordinador de Cs en el Archipiélago, y varios miembros del Comité Autonómico, se reunieron el pasado martes para abordar la situación del partido y “reafirmar el proyecto de centro” que ha liderado Arrimadas desde la capital de España. La intención, dice Arriaga, es rechazar a los nacionalistas y populistas y pactar a izquierda y derecha. “Todos estamos de acuerdo. Y ese es el hueco que debemos ocupar”, agrega el vicepresidente del Cabildo de Tenerife, que gobierna la Corporación en alianza con el PSOE después de años de poder de Coalición Canaria.

Ciudadanos forma gobierno en San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria) con PSOE, Coalición Canaria (CC) y Nueva Canarias (NC), un municipio turístico de referencia en el que el runrún de una moción de censura a la alcaldesa socialista es constante por las desavenencias internas del pacto que desbancó del poder a AV-PP. También pactó en el Cabildo de Tenerife con los socialistas, como lo hizo antes en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife hasta que la primera tránsfuga del partido en España le devolvió el bastón de mando a CC. Pero en Santa Brígida (Gran Canaria) trabaja codo con codo junto al Partido Popular, entre otros. Ese es el modus operandi que defienden desde la cúpula de la agrupación.

“Tenemos claro que este es nuestro proyecto, más necesario que nunca”, destaca Arriaga. “Estamos orgullosos de ser bisagra”, recalca Ruymán Santana, secretario de Acción Institucional. El refuerzo ideológico llega después de unas semanas y unos meses con Ciudadanos sumido en el caos, sobre todo en Canarias, que ha provocado la pérdida de afiliados en las Islas.

El partido no achaca las salidas al terremoto murciano. Las sitúa mucho antes, motivadas por “gente que no cree en el centro”. Fuentes consultadas recuerdan que la salida de Saúl Ramírez, exdiputado de Ciudadanos que ha pasado a formar parte de Unidos por Gran Canaria (UxGC), al igual que la marcha de Teresa Berástegui, exasesora en el Parlamento y ahora viceconsejera de Turismo del Ejecutivo regional designada por la Agrupación Socialista Gomera, abrieron la puerta de una fuga de escape.

También lo hicieron los continuos volantazos ideológicos. Algunos exdirigentes, como Beatriz Correas, todavía concejal en Las Palmas de Gran Canaria pero ya fuera de la disciplina del partido, consideran que “no puedes estar reestructurando constantemente” la hoja de ruta de una formación política. “Ocupábamos el espacio de centroizquierda. Ahora ni centro. Cada vez se fue escorando más a la derecha”.

Unos acusan al partido de acercarse a la izquierda, como señala el ex secretario de Organización Fran Hervías, reciente fichaje estrella del PP. Otros, como el propio Enrique Arriaga, han invitado a militantes y cargos de derechas a marcharse, asegurando que todavía quedaban “muchas personas abiertamente de derechas, incluso de extrema derecha, que se incorporaron al partido por no tener hueco en otros, como el PP”.

Es en este mar revuelto donde Coalición Canaria y populares han intentando pescar para engordar sus filas de afiliados. También Vox, que en las últimas elecciones generales vino a ocupar el espacio “españolista” arrebatando a Ciudadanos sus dos diputados nacionales, uno por cada provincia canaria. Así lo afirman algunos miembros de Ciudadanos, que reconocen que compañeros suyos han recibido mensajes para cambiarse de bando. “Es una falta de respeto”, apuntan.

La sensación transmitida es que el partido en Canarias ha llegado a esta última semana de catastróficas desdichas ya mermado, y que la formación no puede ir más para abajo.

Los antecedentes lo conforman un líder regional, Enrique Arriaga, que llegó a ser expulsado por acceder a la vicepresidencia del Cabildo de Tenerife tras pactar con el PSOE en lugar de hacerlo con Coalición Canaria. Unas vocales en el Comité Autonómico, como son Matilde Zambudio y Vidina Espino, que se verán las caras en los tribunales el próximo 27 de mayo, después de que esta última acusara a su compañera de “tamayazo” tras las elecciones en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife por pactar, de nuevo, con los socialistas. Y una tránsfuga en el Consistorio santacrucero, Evelyn Alonso, quien desoyó las órdenes de su dirección y devolvió el poder a Coalición Canaria en julio de 2020.

Cs lleva meses viviendo bajo la figura mediática de Espino, portavoz del partido en el Parlamento de Canarias. Y eso le ha ocasionado algún que otro problema. Como la semana pasada, cuando la periodista dijo que no acudía a una comisión sobre la infancia en el Archipiélago por conciliación familiar, y 24 horas después se desdijo afirmando que los jueves por la mañana (fecha en la que se celebran esas comisiones) seguirá dando clases en una universidad privada.

Con todo, Ciudadanos confía en revivir. Santana cree que “esto se puede revertir” y que, aunque se esperan meses “traumáticos”, hay tiempo. No ponen fecha ni detallan un plan o nuevas llegadas. De hecho, en la página web aún figura el programa autonómico del partido para las elecciones de 2019. Pero la ilusión, resaltan, está ahí. “No nos sentimos fuertes ni débiles. Estamos construyendo una organización de ciudadanos en un clima tan tóxico y de bloques como el español”. “Ciudadanos en Canarias está más vivo que nunca. Vamos a reflotar esto con gente de centro (…) estamos creciendo territorialmente y afianzando nuestra estructura con la elección de las juntas directivas y la creación de nuevas agrupaciones.”, apostilla Arriaga. Otras agrupaciones, eso sí, “se han fusionado” por la falta de afiliados.

Beatriz Correas no suscribe estas declaraciones. “No le veo ningún futuro. Es un partido que mira a nivel nacional y que Madrid quiere controlarlo totalmente. No está creciendo, sino decreciendo”. Sea como fuere, la fecha marcada en rojo para Ciudadanos es el 4 de mayo, cuando se celebren las elecciones autonómicas en la Comunidad de Madrid. Si logra representación parlamentaria, podría tener la llave política para acceder a la Asamblea. Si cae por debajo del 5% y desaparece, podría acercarse aún más a su abismo político. Y en Canarias, sus principales cargos siguen a la expectativa de cómo recolocarse para unas citas electorales a las que todavía le quedan dos años por delante.

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