La mañana del 15 de abril de 2016 debía ser la de un viernes cualquiera de consejo de ministros del Gobierno de España. Pero aquel viernes de hace un año amaneció con las redacciones del país esperando el comunicado oficial de la dimisión de José Manuel Soria como ministro de Industria, Energía y Turismo.
Ya era imposible que compartiera la misma mesa que el presidente, Mariano Rajoy, y menos ese viernes de dolores ante el escándalo de los papeles de Panamá que le vinculaban con una empresa opaca en las Bahamas. Y menos al tirar CanariasAhora y eldiario.es del hilo del ICIJ y descubrir el rastro del ministro en el paraíso fiscal británico de la isla de Jersey.
Fue la semana horribilis del líder incontestable de la derecha española en Canarias, el vía crucis que acabó con 21 años de exitosa y polémica trayectoria desde que en 1995 ganara la alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria. El lunes 11, La Sexta y El Confidencial, medios españoles asociados al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, en sus siglas en inglés), responsable de lo que se conoce como los papeles de Panamá, colocaron a Soria en el ojo del huracán.
Hacía días que la relación de Soria con la documentación del despacho de abogados panameños Mossack Fonseca era un secreto a voces. Incluso antes de las primeras informaciones del 3 de abril, ya se rumoreaba que en el paquete iba un ministro del Reino de España. Y ese lunes 11 se desató todo: UK Lines, con sede en Bahamas, abría la espita para desenmarañar el entramado de empresas.
En Canarias Ahora llevábamos días desempolvando viejas carpetas de la familia Soria López y sus históricos negocios hortofrutículas a través de la matriz fundada por su padre, la consignataria Oceanic SA, con sede en Las Palmas de Gran Canaria. Todo apuntaba a que si era Soria el ministro panameño, lo opaco que hubiera en esos papeles tendría que ver con las costumbres de los exportadores canarios, sean plataneros, tomateros o verduleros, proclives a crear sociedades en el destino de sus productos, por las centenarias relaciones con Londres.
Y en cuestión de horas a partir del mediodía del lunes 11, todo empezó a cuadrar como en un puzzle: esa misma tarde, mientras Soria se deshacía en su desastroso manejo de las versiones contradictorias, dimos con la evidencia de que el ministro era secretario de la empresa UK Lines radicada en Londres cuando se creó en las Bahamas la mercantil opaca del mismo nombre, revelada por el ICIJ.
Fue un primer día de rastreo en registros mercantiles del Reino Unido, previo pago de 11 libras esterlinas para poder acceder a la información solicitada mediante la búsqueda de nombres similares a “UK Lines”, “Oceanic ”, etc. Con el inconveniente añadido de desconocer, a diferencia de los buscadores de empresas españoles, la metodología de los ingleses. Pero habíamos dado con algo novedoso…
El escándalo estaba servido. Soria aún balbuceaba palabras tales como “falso”, “nada que ver”, hasta llegó a deslizar que se trataba de otro Soria López, para al rato pasar a admitir simplemente que mantenía una “relación de cliente” con esa empresa de terribles consecuencias: UK Lines Limited. Todavía era lunes 11 y ya Canarias Ahora tenía la misma evidencia que los medios españoles del ICIJ de que el ministro estaba mintiendo. Y así se publicó al mismo tiempo la primera prueba, a mediodía del martes 12, mientras se daba cuenta en Al Rojo Vivo de La Sexta.
La mensajería instantánea echa humo
Pasaron otras 24 horas de máxima tensión política, de síntomas de que ya pocos compañeros de partido y de Gobierno salían con contundencia a defender a Soria, y como mucho, a dejar claro que no había hecho nada ilegal pero que estaba dando explicaciones contradictorias cercanas a la mentira, como casi siempre.
Era lógico deducir que detrás de esa madeja de empresas que iba de Londres a Bahamas pasando por Las Palmas tenía que haber mucho más, pero el rastreo de la tarde del martes no daba más señales de vida…salvo más documentos con la firma de José Manuel Soria y de su hermano Luis en las empresas detectadas.
Hasta que a eso de las 17:35 del miércoles 13 de abril –quedó recogido en el canal de mensajería instantánea habitualmente utilizado por este periódico- otras 9 libras esterlinas iban a dar en la diana. Envié el mensaje de mi cuenta a la del director, Carlos Sosa. “VAN 9 libras, please”. Y tanto que cundieron: a las 18:01 exabruptos irreproducibles daban a entender que había pinchado en puro solomillo, como se dice en el argot cuando hay tema de enjundia, y no en hueso.
Miércoles 13 de abril de 2016. 18:05: “Oceanic Lines Ltd en Londres me figura participada en un 80% por algo radicado en Jersey y en un 20% por la Oceanic canaria”, escribí después de cuatro minutos de mirar y volver a mirar el papelito que arroja el registrador de empresas británico. Y ocho minutos después, 18:13 (hora canaria): “Mechanical Trading Ltd 80% (disuelta en 2004)”…
El cierre digital de la edición más largo de Canarias Ahora en eldiario.es acababa de comenzar. Durante otros 30 minutos no hubo respuesta al otro lado de la pantalla, en lo que miraba, imprimía, remiraba y volvía a mirar el documento descubierto. 18:43: “¿tú has visto lo que te he dicho?” 18:44: “Tengo un documento en el que a mano figuran inscritas las participaciones de Oceanic Lines Limited”.
Así se puso en marcha un protocolo de verificaciones que nos llevó esa noche a titular abriendo a toda pantalla eldiario.es: “La empresa de Soria cambió el paraíso fiscal de las Bahamas por el de Jersey”, en la pieza “El 80% de la empresa familiar de Soria pertenecía a una sociedad situada en el paraíso fiscal de Jersey”.
Pero hasta llegar a ese momento de dar la exclusiva, casi ya en la medianoche (23:44, hora española), pasaron cuatro horas intensas de trabajo simultáneo en Gran Canaria y Madrid. El director del eldiario.es, Nacho Escolar, estaba al tanto de la veta descubierta desde el primer instante y la primera reacción fue obvia: “18:49:…!” “Lo podemos dar en adelanto? Tienes los papeles?”. Nos esperaría hasta la medianoche, si era preciso.
Porque lo que teníamos delante de nuestras narices era esos documentos ahora históricos que por mucho remirarlos necesitaban de otros ojos, otros ámbitos; documentos a los que un análisis no acostumbrado al modo y manera de los registros de empresas británicos no le podía dar el nihil obstat ni las bendiciones urbi et orbe ni nada parecido sin pasar por ciertos filtros. Y así pasamos horas…
Los papeles que habíamos encontrado en el registro mercantil del Reino Unido, que relacionaba en un 80% a la sociedad de los Soria con otra empresa opaca de Jersey, fueron consultados y revisados por asesores fiscales y expertos en Derecho mercantil antes de ser publicados con la consiguiente carga irrefutable de lo que el exministro aún no ha admitido un año después: ejercía la función pública como político, ya fuera entonces alcalde de Las Palmas o presidente del PP de Canarias, mientras actuaba en lo privado como administrador de su negocio familiar de exportación de frutas y hortalizas.
Así dimos con la gran mentira de Soria. Una noche larga del 13 de abril de hace un año, que nos dejó casi sin dormir mientras el que fuera ministro y presidenciable se resistía a la embestida de la evidencia: de las patas cortas que tiene la mentira. Así ha querido pasar para la historia, como un british style que dimite por no manejar bien la crisis de comunicación de su escándalo político… a la que tampoco quiso responder a este periódico.
Porque aquella larga noche del 13 de abril, realizadas todas las comprobaciones y perfilado el texto que abriría la edición, intentamos por dos vías distintas recabar la versión del exministro, a través de dos de sus asesores. Con uno de ellos contactamos telefónicamente y con su jefe de prensa, Juan Santana, vía whatsapp.
Todavía está en mi cuenta, sin respuesta alguna pero con el conocido símbolo de leído, el mensaje enviado a su cuenta a las 21:16: “Buenas noches Juan. Soy Alexis González, redactor jefe de CanariasAhora. He hablado con Víctor Moreno y me remite a ti, como jefe de prensa de Soria. Acabo de llamarte un par de veces y no respondes. Queremos recabar la versión de Soria porque vamos a publicar en eldiario.es una documentación que lo vincula societariamente con el paraíso fiscal de Jersey. Ya me dices si es posible. Gracias”.
Y nada. Todo lo demás (y algunas otras cosas) ya es historia conocida. La mañana del 14 de abril, jueves, la sensación de que al consejo de ministros se iba a sentar al día siguiente un cadáver político era ya insoportable. Hasta las grandes cabeceras de Madrid se sumaron al entierro, cuando horas después de publicar la relación de Soria con el paraíso fiscal de Jersey, El Mundo constataba que también esa empresa descubierta, Mechanical Trading Limited, era propiedad directa de los Soria López, o El País, ya por la tarde, lo daba por amortizado políticamente.
Ya solo quedaba esperar la entrada en los correos electrónicos del comunicado oficial de su dimisión. Tal día como hoy hace un año ya. Un año después en el que el exministro ha intentado seguir haciendo carrera a la sombra del poder político...