La Sección Segunda de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia (TSJC) ha dado la razón a una familia de Las Meleguinas (Santa Brígida) que durante ocho años ha litigado con el ayuntamiento por adjudicar éste un camino de uso público a un particular.
El consistorio entendía que el camino público pertenecía al empresario Agustín Artiles, dueño de Las Grutas de Artiles. El ayuntamiento tendrá que reconocer que el camino rural es de dominio público y no de un particular, como hasta ahora había mantenido.
El TSJC estima el recurso de apelación “interpuesto por la representación procesal de don Antonio Peñate Rodríguez contra la sentencia a que se refiere el antecedente único de la presente resolución que revocamos y, en su lugar, se estima el recurso contencioso administrativo, debiendo el Ayuntamiento reconocer que el camino en litigio tiene carácter público y que como consecuencia de ello procede su inclusión en el inventario de bienes públicos de dicho municipio, previo deslinde del mismo, que se realizará en período de ejecución de sentencia y a su inscripción en el Registro de la Propiedad”.
La familia Peñate Rodríguez no se achicó ni ante el empresario ni ante el ayuntamiento y desde 2002 ha mantenido un litigio judicial hasta que el juez les ha dado la razón al obligar al consistorio a reconocer que el camino es público “y como consecuencias de ello procede su inclusión en el inventario de bienes públicos de dicho municipio, previo deslinde del mismo, que se realizará en período de ejecución de sentencia, y a su inscripción en el Registro de la Propiedad”, según señala el fallo.
El TSJC, que estimó el recurso de apelación interpuesto por la familia perjudicada, revoca una sentencia anterior. El tribunal estuvo formado por Páez, César García Otero e Inmaculada Rodríguez Falcón. El empresario Agustín Artiles fue nombrado hace unos meses hijo adoptivo de Santa Brígida.
En la sentencia se dice textualmente que, según la respuesta dada por el ayuntamiento a un oficio del juzgado, “de los documentos obrantes en el inventario de bienes, que se tramita por la Concejalía de Patrimonio, no existen datos sobre el camino al que se alude y que atraviesa la finca de Las Grutas de Artiles”.
Asimismo se dice literalmente que “el Ayuntamiento de Santa Brígida alega que no existe tal camino público municipal”, a la vez que “Las Grutas de Artiles SA manifiesta que la Administración cambió en su día el trazado del camino y lo convirtió en la actual carretera”.
Señala que “ha quedado acreditada, pese a la negativa del Ayuntamiento de Santa Brígida, la existencia de un camino público que atraviesa Las Grutas de Artiles SA, situada Las Meleguinas, en Las Cuevas de Artiles, en el pago de La Angostura a que se refiere el apelante”.
Y añade la sentencia que “existen pruebas bastantes para acreditar dicha existencia y la posesión municipal de antiguo del mencionado camino hasta que se procedió al cierre del mismo, habiendo quedado debidamente constatado que venía siendo utilizado desde tiempo inmemorial como local de tránsito por la generalidad de los vecinos de la localidad, de manera que la aludida posesión pública municipal del referido camino se deriva de su uso público desde tiempos remotos”.
Un atajo vecinal ''de toda la vida''
El camino servía de atajo a los vecinos para llegar al casco del pueblo. En varias ocasiones los vecinos demandantes tuvieron que ser desalojados por la policía local al usar el camino que había sido vallado por el particular, que incluso colocó una puerta, hasta que los vecinos afectados la echaron abajo.
Saro Peñate, que recurrió la sentencia junto a su hermano Antonio, se mostró muy emocionada: “No sabe los atropellos que hemos tenido que sufrir por parte del ayuntamiento. Los políticos que gobernaban se pusieron siempre a favor de Agustín Artiles y en contra de nosotros, que nos trataron como a delincuentes. Son unos miserables”.
Esta mujer, que está a punto de cumplir los 70 años, se lamentó que su madre falleciera antes de lograr este éxito judicial. “Ella nos dijo siempre que no desfalleciéramos porque mis abuelos pasaron siempre por ese camino, que no nos dejáramos avasallar. Damos las gracias a todos los que nos han ayudado y en especial a Victoria Casas, que fue la única concejala que nos escuchó y ayudó”.
“Ha sido una lucha atroz. Mis padres estuvieron 40 años luchando y ahora recibimos la recompensa, aunque desgraciadamente ellos ya no lo puedan ver. Mis tíos vendieron a Agustín Artiles, pero mis padres no. Nos ponían hasta perros en el camino para que no lo pisáramos. Cualquiera se habría aburrido, pero nosotros seguimos luchando hasta el final porque no tenemos miedo”, dice esta mujer casada con un ex concejal de la villa. “De esa experiencia también se aprende y también nos ha ayudado a seguir adelante hasta el final”.