LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 17 (EUROPA PRESS)
La incertidumbre ante lo desconocido y la sensación de pérdida de su familia, sus valores y de su cultura, entre otros, constituyen los principales problemas psicológicos que padecen los inmigrantes, a quienes la llegada a un nuevo país causa ansiedad.
“Cuando uno emigra tiene que empezar de cero y dar los primeros pasos y habrá mucha sensación de vacío y soledad e incertidumbre por lo desconocido”, manifestó hoy el decano del Colegio Oficial de Psicólogos de Las Palmas, Francisco Javier Sánchez.
El experto participó en la inauguración de una jornada sobre la inmigración bajo el título 'Hacia la convivencia y la integración' en Las Palmas de Gran Canaria, acompañado por la subdirectora general de Intervención Social del Ministerio de Trabajo e Inmigración, Amapola Blasco, y la viceconsejera de Bienestar Social e Inmigración del Gobierno de Canarias, Nereida Calero.
Sánchez manifestó que España y Canarias son “receptores de un fuerte componente inmigratorio” y considera que “es normal que personas que vienen con culturas y percepciones diferentes tengan un proceso integrador complejo”. “Debemos intentar formar a la gente para que este proceso de integración sea lo más fácil posible”, apostilló.
Agregó que “los problemas que más suelen presentar los inmigrantes es una sensación de pérdida y la fuerte incertidumbre que se les crea al desconocer el medio en el que se están moviendo”. Ello genera “procesos de ansiedad” que la sociedad y los profesionales del ámbito de la Psicología deben “intentar controlar”.
“HERMANITAS DE LA CARIDAD”
“También es verdad que cuando recibimos a la gente tampoco podemos darles u ofrecerles lo mismo que de donde vienen, sino crear un proceso para que se puedan adaptar a la realidad social nueva en la que van a vivir. La población receptora no tiene que comportarse como hermanitas de la caridad, sino recibirlos y facilitarles en la medida de lo posible la integración”, aseveró.
El decano del Colegio Oficial de Psicólogos de la provincia reconoció desconocer si “el inmigrante puede vivir esa sensación de crisis económica como una situación problemática porque de donde vienen seguramente estarían peor”.
En todo caso, admitió que “lo que sí se puede complicar es la relación con la población local que sí vive y percibe la crisis de otra manera diferente a la de los inmigrantes y puede que la vean como población de riesgo y de peligro”. “Eso es algo que hay que intentar controlar”, reiteró.
“NO HAY GRANDES CONFLICTOS”
Por su parte, la filóloga y experta en mediación intercultural, Fadhila Mammar, subrayó que “en España en 20 años ha llegado mucha gente de lugares muy diferentes y si se mira objetivamente no ha habido grandes conflictos”.
“Hay dificultades porque se crean nuevas necesidades, ahora estamos en un momento en España complicado y quien está más afectada es la gente más vulnerable, españoles que tenían contratos muy precarios y los inmigrantes y es una gran pena porque había muchos inmigrantes que empezaban a asentarse y pensaban comprar pisos y les golpea muy fuertemente esta crisis”, agregó.
En su opinión, “obviamente la llegada de personas de origen extranjero crea un escenario nuevo, pero tampoco ha sido tan malo”. De este modo, señaló que en Madrid se ha pasado del 0,5 por ciento al 17 por ciento de inmigración y “no ha habido grandes conflictos, sino algún conflicto aislado”.
“NO ES UN FENÓMENO PASAJERO”
A su entender, actualmente la sociedad se encuentra en una fase en la que “hay que pensar más en el asentamiento, no tanto en la acogida, y cómo las personas de origen extranjero ven y quieren a España”.
Según esta filóloga, “los españoles deben dejar de pensar poco a poco que éste es un fenómeno pasajero y quitarse esa mirada de que están aquí porque ahora les necesitamos”.
“Son seres humanos que como cualquier ser humano necesita hacer las maletas y hacer su vida aquí. Tenemos que estar en la construcción en común de lo que es España y pensar que se van a quedar y tener niños y que la imagen de España es diferente”, sentenció.