LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 25 (EUROPA PRESS)
Alrededor de unas 200 personas se han manifestado hoy en Las Palmas de Gran Canaria en contra de la violencia de género y para exigir que todavía “falta mucho por hacer” para erradicar este problema dentro de la sociedad.
Así lo puso de manifiesto la secretaria de la Mujer de CC.OO en Canarias, Esther Rivero, que señaló que unas 200 personas estaban concentradas en la plaza de Las Ranas de la capital grancanaria para asistir a una manifestación que se convoca todos los años el 25 de noviembre con motivo del Día Internacional contra la Violencia de Género.
Rivero, en declaraciones a Europa Press, incidió en que actualmente hay que reivindicar que “por mucho que se haga si no se dan recursos para eliminar la violencia de género o para tratarla no se van a conseguir los objetivos”.
En este sentido, apuntó que “cada vez hay más” mujeres víctimas de violencia de género, más denuncias, más llamadas a los centros específicos pero subrayó que cuando esas mujeres llegan a los centros especializados se encuentran con que “queda mucho por hacer”, así como en otros ámbitos.
“Los juzgados de violencia están saturados, muchos profesionales, la policía, en el ámbito sanitario, en el ámbito educativo, no tienen una formación adecuada para tratar la violencia de género”, apuntilló.
La secretaria de la Mujer de CC.OO en Canarias insistió en que “todavía falta mucho por hacer” porque aunque se “está intentando poner medios, es una necesidad exigir una mayor implicación y compromiso por parte de todos los estamentos”.
Al respecto, incidió en la necesidad de formar y especializar a los profesionales a los que las víctimas de violencia de género se acerca, tales como los agentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, entre otros, o a los educadores porque “es de vital importancia” para la prevención integrar la igualdad en los contenidos curriculares.
Finalmente, también solicitó la implicación de “toda” la sociedad, “no solamente de los poderes públicos”, sino de los ciudadanos porque “parece que no hay conciencia” del problema que supone la violencia de género.