¡Democracia Real YA! se presenta como una “convocatoria ciudadana y apartidista que se ha forjado al calor de internet y de las redes sociales, a través de un grupo de discusión completamente informal denominado Plataforma de coordinación de grupos pro-movilización ciudadana, cuyo único fin es fomentar la discusión abierta entre todos aquellos que quieran implicarse en la preparación y coordinación de acciones comunes”.
Está en su propia definición: “forjado al calor de internet y de las redes sociales”. Sólo así se entiende que en las 36 horas que van desde el miércoles al mediodía al jueves por la mañana, el Facebook del #15mayo pasara de 46.000 seguidores (el número actual de Mariano Rajoy en esa red) a 139.000, y que su Twitter creciera de 7.000 a 23.000.
Lo decía Luis Arroyo: “los jóvenes se mueven en las redes sociales por causas, no por partidos”, o no al menos por estos partidos. Y esa es la clave de la enseñanza de esta campaña. Internet introduce un cambio lento y profundo en la forma de hacer política, que conduce hacia otra praxis de comunicación entre ciudadanos, otras dinámicas de participación política, nuevos actores no formales, la voz de los individuos que entran en diálogo con otros para debatir, y luego actuar...
El virus de la transformación profunda de la vida institucional y partidista, tal como la conocemos hoy, está ya inoculado. Empezó en el 2000 con las tarifas planas de Telefónica y, con ellas, el fin al miedo a pagar por Internet y a disfrutarlo. Durante esta década, el desarrollo del ancho de banda, la multiplicación de dispositivos de acceso a Internet -fijos pero también móviles- y el surgimiento de las redes lo han alimentado.
En 2003, 2007, incluso este 2011, es un virus todavía larvado, diríamos que “inofensivo” para las estructuras de poder que se articulan en torno a los partidos. Sus cuerpos todavía lo rechazan, aunque pongan cara sonriente, amigable. O a lo mejor no es rechazo, sino simplemente desconcierto ante algo nuevo, inquietante...
Unos candidatos simulan simpatía ante las redes, encargando a alguien que gestione “eso”, como cuando contratan a una agencia para elaborar el cartel o al periodista para llevar “la prensa”. Otros están descubriendo que va en serio, y que entender y participar con apertura en el proceso va a tener mucho que ver con su propio devenir. Pero alguien en los partidos tendría que empezar ya a redactar un manual de supervivencia política.
Enrique Fárez, periodista, consultor político y empresario, en www.enriquefarez.com