El Ayuntamiento de Santa Cruz empleará más de medio millón de euros en eliminar cucarachas, mosquitos, palomas y ratas. Para ello ha sacado un concurso cuya duración es de tres años y tiene un presupuestos de 257.000 euros a los que se unirán luego sucesivas prórrogas que sumarán 514.000 euros en total.
El objetivo es que en este plazo se puedan dar por eliminadas hasta un 70% de la población de palomas que existe hoy en el municipio y el resto de las especies se sitúen en unos niveles que no afecten a la salud de los vecinos.
El Ayuntamiento apunta que a través de este contrato se quiere establecer un programa de lucha permanente contra los roedores y los microorganismos nocivos utilizando para ello métodos químicos y biocidas autorizados. Las campañas de desratización y desinsectación se ejecutarán en zonas de vía pública a nivel de la red general de saneamiento y registros eléctricos, así como en solares, barrancos y edificios municipales. Primero se llevará a cabo un actuación de choque y luego se ejecutará un tratamiento de mantenimiento o conservación en todas las zonas en las que se haya intervenido previamente.
El ámbito de la campaña será todo el municipio, pero previamente a que se ejecute la actuación se deberá hacer un estudio de las costumbres, zonas de estancia, alimentación, recorridos y demás de los agentes a combatir. Junto con la ubicación del edificio o local se procederá a realizar un tratamiento idóneo en cada caso. Además de actuarse en las zonas públicas, también se podrá intervenir en viviendas, locales y demás inmuebles de titularidad privada en los que se detecte una masiva presencia de insectos, roedores o aves. Se hará lo propio en las casas en las que la permanencia prolongada de cadáveres suponga un riesgo extraordinario o produzca consecuencias negativas para la salud de los ciudadanos, aunque en este caso será preciso contar con autorización judicial.
Igualmente las campañas incidirán en viviendas de titularidad privada que se vean afectadas por estas especies cuyos ocupantes carezcan de recursos económicos para afrontar el pago de los tratamientos, una vez que los servicios sociales así lo comprueben. En el caso de las palomas se apuesta por llevar a cabo capturas masivas con redes en lugares determinados, con jaulas trampas que estén convenientemente ubicadas y que ayuden a que no aumente la población de palomas, además de utilizarse ahuyentadores acústicos, físicos o químicos y sistemas electrostáticos y retirada de nidos.
Hasta ahora el Ayuntamiento había localizado 36 puntos concretos de la capital en los que las palomas han proliferado de una forma que se considera peligrosa. Estos enclaves van desde la plaza de La Candelaria hasta la de España pasando por la de Europa, Ireneo González Las Indias, el Parque García Sanabria o La Granja.
En la anterior campaña, que comenzó en 2010, la Corporación local destinó 100.000 euros a lo largo de tres años que acaba precisamente ahora. En aquel entonces, igual que en la actualidad, el fin no es otro que evitar los posibles riesgos higiénico-sanitarios que pueden generar estas aves, así como el deterioro que causan sus excrementos en los vehículos, fachadas de los edificios y en general en todo el mobiliario urbano. Para ello se ha venido llevando a cabo un control permanente con el fin de reducir el número de palomas que existen en la ciudad y que no se duda en calificar de excesivo.
Hasta ahora ha habido dos campañas masivas de control en las que se utilizaban la red de captura y que tenían lugar todos los años en otoño y en primavera, que son las épocas de mayor reproducción. También se han realizado otras cuatro más, igualmente con red, según se detectaba un incremento peligroso de estos ejemplares. Este puede producirse o bien por la alimentación masiva por parte de los ciudadanos o por cualquier otro motivo. Los lugares de captura serán sobre todo las plazas, parques, ramblas, barrancos y cualquier otro en los que sea posible utilizar la red.