Nace en el Loro Parque (Tenerife) por primera vez en España una pareja de pingüinos saltarrocas del sur

SANTA CRUZ DE TENERIFE, 6 (EUROPA PRESS)

Loro Parque --situado en Tenerife-- ha ampliado la familia de pingüinos y ha estrenado el nuevo año con el nacimiento de una pareja de pingüinos Saltarroca del sur, convirtiéndose así en el primer zoológico español que logra la cría de esta especie del sur.

Según informa el parque en un comunicado, además, varios pichones de pingüinos Papúa vinieron al mundo en el verano polar y junto a sus padres, sorprenden a grandes y niños en el recinto tinerfeño, el mayor pingüinario del mundo.

Así, esta especie de pingüino antártico es el más pequeño de los crestados y es fácilmente identificable por sus coloridas plumas en la parte alta de la cabeza, por lo que también se conoce como pingüino de penacho amarillo.

Se los puede observar saltando sobre las rocas y no sólo caminando o interactuando unos con otros. Tienen varios métodos de comunicación no verbales que son muy fáciles de apreciar a simple vista en el pingüinario de Loro Parque, ya que sacuden la cabeza, mueven sus aletas o se inclinan y acicalan.

AÚN SE DESCONOCE SU SEXO

Por su parte, aún se desconoce el sexo de estos pichones, debido a que es preciso esperar hasta que alcancen una mayor madurez para que pueda averiguarse mediante análisis de ADN.

Con estos nuevos ejemplares ya son varios los pingüinos que, bajo el minucioso cuidado de sus conservadores, han nacido con gran éxito en Loro Parque en este verano polar. Asimismo, resulta importante resaltar que estos ejemplares, que se encuentran naturalmente en el Polo Sur, exigen un cuidado especial y mucha dedicación para crecer y desarrollarse en óptimas condiciones como para lograr su reproducción.

Por ello, en las instalaciones de Planet Penguin, estas aves marinas gozan de las condiciones apropiadas para lograr la descendencia, ya que el hielo, la nieve y el frío están garantizados con la máxima calidad.

No sólo la temperatura es importante para los pingüinos, sino también las 12 toneladas diarias de nieve que caen en el recinto, y sobre todo el respeto por los ciclos de luz que existen en la Antártida.