El líder de Nueva Canarias (NC) y portavoz del grupo parlamentario, Román Rodríguez, ha acusado al presidente del Gobierno, el nacionalista Fernando Clavijo, de usar la modificación de la Ley de Renovación y Modernización Turística de 2013 para “consagrar la barra libre” en la edificación de establecimientos al permitirlos incluso “en suelo no clasificado”.
Rodríguez, que ha presentado una enmienda a la totalidad al proyecto de ley, asegura que el mismo es “ultraliberal” y, de facto, supone la desaparición de la llamada Moratoria, pues apuesta por “un modelo de turismo de masas que no es bueno para la sostenibilidad del modelo turístico y, por tanto, económico” del Archipiélago, pues “no genera empleo de calidad”.
El proyecto de Ley tiene como objeto cumplir la sentencia del Tribunal Constitucional que declaró inconstitucionales y nulos los apartados a) y c) de la Ley impulsada por Paulino Rivero en 2013 que exigía una categoría de cinco estrellas o superior para autorizar la implantación de nuevos establecimientos alojativos en las Islas.
“El Gobierno de Canarias podría adoptado límites cuantitativos basados en razones ambientales, urbanísticas, territoriales, en vez de coger el camino de la liberalización”, ha asegurado.
Para el líder de NC, esta modificación, junto a la Ley del Suelo y la Ley Turística de las 'Islas Verdes' suponen “la tríada legislativa que deroga todo límite a la construcción y abre un proceso desregulador, contrario a un modelo sostenible” que es, a su juicio, “el mismo que ha defendido en sus libros el presidente de la patronal tinerfeña, José Carlos Francisco”.
Torpedo a la renovación
“Hemos pasado de la rehabilitación y la renovación a la barra libre”, ha insistido Rodríguez. “Luego se quejarán de que las carreteras se colapsa o que no hay suficiente energía para cubrir el suministro eléctrico ante tanta demanda”, remachó.
Y es que para NC, como reza en la enmienda a la totalidad presentada, “permitir todo tipo de nuevos establecimientos alojativos” es contrario a los objetivos de la normativa turística actual y, por tanto, se convierte en “un torpedo en la línea de flotación del proceso de renovación turística”.
La enmienda a la totalidad también incluye la tradicional propuesta de NC de “implantar un tributo” a los turistas cuya recaudación (entre 70 y 100 millones de euros) se destinaría “al fomento de la rehabilitación de las infraestructuras turísticas”.