La madrugada del próximo domingo, los relojes se adelantarán una hora y a las 02.00 horas serán las 03.00, para comenzar la hora de verano que permite un ahorro aproximado del 5% de la energía.
Según estimaciones del Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético (IDAE), este ahorro energético equivale a unos 300 millones de euros. El cambio de hora se debe a la Directiva Comunitaria 2000/84/ CE y es de obligado cumplimiento en los Veintisiete estados miembro.
El 'cambio de hora' se inició durante la Primera Guerra Mundial para ahorrar carbón aunque no fue hasta 1974 cuando empezó a generalizarse. A raíz de la primera crisis del petróleo, algunos países, entre los que se encontraba España, decidieron adelantar sus relojes para aprovechar mejor la luz del sol y gastar menos electricidad en iluminación. Desde 1981 el cambio de hora se aplica como directiva y cada cuatro años se renueva sucesivamente.
Desde la aprobación de la Novena Directiva, por el Parlamento Europeo y Consejo de la Unión, en enero de 2001, este cambio se aplica con carácter indefinido. La Directiva está incorporada al ordenamiento jurídico español por Real Decreto 236/2002, de 1 de marzo.
El cambio de hora tiene carácter indefinido al entenderse que el buen funcionamiento de algunos sectores, no sólo el de los transportes y las comunicaciones, sino también otras ramas de la industria, requiere una programación estable a largo plazo.
Además, permite que todos los ciudadanos e instituciones públicas y privadas de la Unión Europea, conozcan anticipadamente las fechas del cambio horario anual y puedan planificar su actividad sin necesidad de esperar ninguna norma futura.
Concretamente, según esta novena directiva, el inicio de la hora de verano comienza el último domingo de marzo y concluye el último domingo de octubre, cuando se retrasa el reloj.
Entre los impactos positivos de la medida, además del ahorro, el IDEA destaca el transporte, las comunicaciones, la seguridad vial, las condiciones de trabajo y los modos de vida, la salud, el turismo o el ocio.
Asimismo, destaca que del potencial de ahorro de 300 millones de euros en iluminación en España, 90 millones corresponderían al potencial de los hogares, lo que supone un ahorro de 6 euros por hogar y otros 210 millones de euros restantes se ahorrarían en los edificios del sector terciario y en la industria.
El IDAE, dependiente del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, señala que para alcanzar este potencial de ahorro se deberá llevar a cabo un comportamiento responsable en el hogar a la hora de prescindir de la iluminación artificial cuando no es necesaria, así como la utilización de tecnologías de ahorro en iluminación por aprovechamiento de la luz natural en edificios del sector terciario y en industrias.