El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife cuenta en su entrada principal con un aparato de rayos x para inspección de bultos y equipajes de mano que ha levantado las sospechas de los delegados de Prevención de Riesgos Laborales de esa institución. No solo porque incumple la normativa sobre Instalaciones Nucleares y Radioactivas, sino porque sobre el mismo aparato ya pesa una denuncia en 2009 ante el Consejo de Seguridad Nuclear.
Este tipo de equipo electromagnético, que genera rayos-x para inspeccionar bultos, aparenta tanto peligro como el que encierra. Pueden verse junto a los arcos de seguridad en los accesos a empresas públicas y privadas y emiten radiaciones ionizantes, por lo que están sujetos a una estricta normativa que incluye la obligación de comunicar al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) cualquiera de sus traslados o transferencias, incluso cada vez que sean enchufados o desenchufados.
Sin embargo, parte de esta normativa podría estar siendo incumplida, según denuncian los delegados en un informe-propuesta al Negociado de Prevención de Riesgos Laborales. En ese documento se afirma que el aparato, un Baltobloc SPO-70, fabricado por la empresa belga Balteau (modelo que ya ha descatalogado la propia compañía), carece de datos esenciales en su exterior, como la fecha de fabricación y el número de homologación.
Sí que cuenta con número de serie, el 73140/06, pero el nombre del fabricante se confunde con Balleau, ya que parte de la “t” está borrada. Tampoco se encuentra en sus cercanías la guía de seguridad y su instalación en el Consistorio capitalino debería haber sido notificada a la Junta de Personal para incluir un material tan sensible dentro del Plan de Emergencia y Autoprotección.
De aquí para allá
Se trata de un scanner que debe ser revisado tanto en su blindaje como en su radio de emisión de radiaciones de forma periódica, concretamente cada seis meses y siempre que tenga cualquier tipo de reparación y modificación, y debe manipularse con precaución y personal formado y autorizado, lo que corresponde a la empresa de seguridad privada contratada, que en el caso del Ayuntamiento es Prosegur.
Pese a tanta norma, este Baltobloc parece haber salido viajero. Aparece, desaparece y vuelve a aparecer en lugares distintos, lo que también ha llamado la atención de Prevención de Riesgos Laborales.
El scanner, o mejor dicho, el arco para detectar metales en las personas que lo acompaña fue denunciado hace unas semanas por trabajadores del Ayuntamiento al Comité de Empresa ya que bloquea una puerta que da acceso al sótano, donde hay archivos y dependencias para el personal, y es una de sus salidas de emergencia.
Tras una inspección se constató que el aparato podría ser el mismo que se encontraba en 2009 en unas dependencias municipales en el barrio de Ofra, desenchufado, arrinconado y bloqueando el acceso a un panel eléctrico.
Ese suceso de 2009 provocó una denuncia ante Riesgos Laborales y también ante el Consejo de Seguridad Nuclear. Unos días después, el scanner había “desaparecido”, según se afirma en el informe actual. Por ello, en su apartado de propuestas se pide que “tanto los traslados con misteriosa desaparición del centro de trabajo de Ofra, como la nueva ubicación en las sedes consistoriales han sido comunicados previamente y autorizados por el Consejo de Seguridad Nuclear.
También solicitan la homologación de cualquier modificación sufrida, ya que se le ha incorporado un monitor externo, y el contrato con la empresa de mantenimiento que haya y registro de las revisiones realizadas semestralmente, de acuerdo con la legislación en vigor.