La antigua mercantil concesionaria de la explotación de Parque Marítimo, Santa Cruz Park Tenerife, tendrá que abonar a la Gerencia de Urbanismo casi 22.000 euros por la realización de obras ilegales en este recinto.
El Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) ha avalado el expediente sancionador iniciado en su momento por el Ayuntamiento de Santa Cruz aunque rebaja la cuantía inicial que la Corporación local en el año 2008 había cifrado en 72.000 euros. La Sala entiende que la multa de 22.000 euros se corresponde con el presupuesto de la obra ejecutada sin licencia municipal.
El Juzgado en primera instancia consideró probado que la entidad Santa Cruz Park Tenerife SL realizó obras ilegales en este recinto sin contar con los preceptivos permisos y autorizaciones. Sin embargo, la Gerencia de Urbanismo recurrió este fallo al estimar insuficiente la multa impuesta, lo que ahora ha sido desestimado, entre otros motivos al considerar el TSJC que no existió lucro por las obras realizadas.
Durante una inspección los tecnicos municipales hallaron una serie de actuaciones realizadas sin licencia debajo de los aparcamientos. La empresa alegó entonces que fueron debidas a la colocación de las gradas del Carnaval, pero los inspectores del Ayuntamiento certificaron lo siguiente: “Las obras apreciadas consisten en ejecución e instalación de aparatos de aire acondicionado, división interior con bloques, ejecución de dintel con formación de huecos, apertura de huecos, demolición de tabiques y demás actuaciones carecen de licencia”.
La Unión de Consumidores de España (UCE) puso en conocimiento de la Fiscalía Anticorrupción hace ya varios años que algunos de los locales que fueron surgiendo en el interior del Parque Marítimo y el entorno iban en contra de las normativas municipal y autonómica, desde pubs hasta restaurantes y otro tipo de negocios. Es lo que ocurría por ejemplo con cuatro establecimientos que los técnicos de Urbanismo se encontraron en la zona que según el Plan Especial debía estar dedicada a almacén.
Las inspecciones certificaron entonces que los locales carecían de licencia, aunque las fotografías que se acompañaban a la denuncia mostraban la realización de actividades y su promoción en prensa, así como obras de todo tipo, desde la instalación de sistemas de aire acondicionado y eléctricos, hasta la construcción de barras, dinteles, muros, falsos techos y hasta derribos de multitud de estructuras, incluso transgrediendo en un caso los precintos decretados para su paralización.
En la zona de la playa dentro del dominio público se detectaron obras sin licencia, mientras que en la piscina más cercana al Palmetum los arquitectos municipales constataron la existencia de un local construido a base de pilares y vigas de madera.
En la zona de las piscinas se denunció la instalación de una estructura metálica. De hecho, en una de las inspecciones cursadas, los técnicos se encontraron con dos operarios trabajando.