La salida de la diputada por Las Palmas Meri Pita del grupo parlamentario Podemos no es fortuita. Los desencuentros desde que era secretaria general de la formación en el Archipiélago (entre 2015 y 2017) con miembros del partido fueron palpables desde entonces. Su marcha al grupo Mixto coloca a Podemos en el ámbito estatal en una posición más complicada y también a la coalición con el PSOE, pues en solo cinco meses se ha quedado sin dos escaños útiles para sacar adelante medidas importantes, como se escenificó en la votación de la reforma laboral. El partido en Canarias había abierto una etapa de duelo por la marcha forzada de su diputado por la provincia de Santa Cruz de Tenerife, Alberto Rodríguez, y encadena cinco meses sin ocupar su escaño. La formación en el Archipiélago abogaba hasta este jueves por esperar a que agotara su tiempo de defensa, ya que el exdiputado es una figura reconocida por la militancia. Sin embargo, este viernes ya el secretario de Organización en las Islas, César Merino, apostaba por ocupar ese escaño con la cuarta persona que concurrió en la lista electoral en 2019.
Los movimientos se han precipitado desde que este jueves se hiciera pública la carta en la que Pita argumentaba su paso al grupo Mixto por la “deriva orgánica de la organización” y al considerar que “Podemos no es en estos momentos una organización ni democrática ni mucho menos plurinacional”. Una carta que firmaban otras once personas, entre ellas el concejal de Urbanismo de Las Palmas de Gran Canaria, Javier Doreste, la consejera de Vivienda del Cabildo de Gran Canaria, Conchi Monzón, o Yaiza Gorrín Rodríguez, concejala del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, entre otras, aunque se perciben ausencias entre las personas que hasta ahora han seguido a la diputada, como la consejera del Cabildo de Tenerife María José Belda.
Podemos Canarias ha respondido a esta información con sorpresa, ya que asegura que los órganos de la formación no habían sido informados. Además, en un comunicado apuntó que “algunos de los firmantes de esa carta estaban advertidos de expulsión del partido por incumplimiento del código ético, concretamente en lo que se refiere a la limitación salarial y las aportaciones económicas a la formación”. Y en la línea de lo que ha pedido la secretaria de organización del partido, Lilith Verstrynge (que sustituye desde el pasado año a Alberto Rodríguez en este cargo), se ha solicitado a Pita que devuelva su acta, ya que consideran que, de lo contrario, “estaría comportándose como una tránsfuga”. Una acusación que también ha hecho la ministra de Igualdad, Irene Montero, y de la que se aleja la diputada Gloria Elizo.
El comunicado firmado por el secretario de organización autonómico de Podemos también aludía a que la formación tenía conocimiento de la creación de un nuevo partido que empezó como una pequeña asociación y que se registró hace unas semanas a nombre de cargos que simpatizan con la diputada, “por lo que el movimiento parece ser el de transfugar hacia un nuevo proyecto que de ninguna manera es el mismo por el que obtuvo su acta en 2019”. En efecto, el pasado 23 de febrero se registró un nuevo partido, Reunir, por Carmen Valido, que fue diputada junto a Meri Pita hasta 2019 y después expulsada de Podemos junto a otros 13 militantes por haberse dado de baja en bloque en la lista al Parlamento en las pasadas elecciones autonómicas a solo un día de que finalizara el plazo para presentarlas. Podemos concluyó que estos militantes “llevaron a cabo una dimisión en bloque con el objetivo de manipular la participación del partido en el proceso electoral” y que con ello se intentó producir “un daño irreparable a la formación”.
Pita, sin embargo, se ha desmarcado de esa formación. “No me voy a presentar a ningún partido, ni tengo ningún partido; yo ya no voy a estar en ninguna candidatura en ningún lado”, afirmó a este periódico. En los últimos meses, sí había participado junto a los firmantes de la carta en una asociación cultural denominada Canarias Puede que había celebrado jornadas y encuentros. Podemos Canarias no cree que la marcha de la ahora diputada tránsfuga les afecte en el futuro. Fuentes de la organización afirman que Pita no tenía relación con el músculo del partido en las Islas y no participaba en nada. Rodríguez, por su parte, también se ha alejado de la formación, de la que salió después de que la presidenta del Congreso, Meritxel Batet le instara a dejar su acta de diputado por la sentencia que le condenó por golpear a un policía. A finales de diciembre pidió que se le devolviera su escaño después de que el Supremo le comunicara que ya había extinguido su condena.
¿Cómo se llegó a este extremo?
Meri Pita fue elegida secretaria general del partido en Canarias en 2015, un cargo para el que se postuló con la plancha ‘Claro que Podemos’, la misma que Pablo Iglesias en el ámbito nacional. El Consejo Ciudadano Autonómico lo completaron entonces históricos de la izquierda como Joaquín Sagaseta y de este órgano también formó parte la actual consejera de Derechos Sociales, Noemí Santana, que ese mismo año fue la candidata a las elecciones autonómicas, en las que Podemos logró siete escaños. Ese agitado 2015, uno de los desencuentros que se hicieron públicos fue el papel de Pita en la negociación para conformar el pacto en el Cabildo de Gran Canaria, liderado por Antonio Morales (NC) y que también integraba el actual presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres (PSOE). El candidato de Podemos entonces era Juan Manuel Brito, que se había presentado a las primarias en otra corriente. Más tarde, fue expedientado por la organización y expulsado definitivamente cuando formó parte de otro movimiento, Sí se Puede Gran Canaria. Los cuatro consejeros que habían sido elegidos por Podemos en esta institución quedaron divididos al romperse finalmente el pacto en el Cabildo en 2017. Sin embargo, las diferencias de todos con la secretaria general fueron en aumento. Ese año se volvieron a celebrar primarias en la formación y Santana la relevó en este cargo hasta el pasado año.
En 2019, Pita concurrió con Podemos a las elecciones generales de abril. Entonces, la formación cosechó tres escaños, dos diputadas por Las Palmas, Victoria Rosell y Meri Pita y un diputado por Santa Cruz de Tenerife, Alberto Rodríguez. Sin embargo, unos meses más tarde, en la repetición de elecciones, la formación descendió en número de votos; 17.000 menos en Las Palmas y 12.000 menos en Santa Cruz, lo que llevó a que Pita no lograse el escaño. Fue después de que se hiciera efectivo el acuerdo de Gobierno entre PSOE y Unidas Podemos cuando Victoria Rosell renunció a su escaño para ser delegada del Gobierno contra la violencia de género, lo que llevó a que Meri Pita, la número dos, volviera al Congreso. Desde los comienzos fue afín a la dirección de Pablo Iglesias y en 2020 formaba parte del Consejo Ciudadano Estatal. Sin embargo, en el último Vistalegre quedó fuera del núcleo fuerte del partido.
El último de los episodios que generó mayor brecha en Podemos Canarias fue el proceso de primarias autonómicas, que ganó la actual coordinadora Laura Fuentes, con un equipo que integraban actuales cargos del partido como Noemí Santana o la viceconsejera Sylvia Jaén o la consejera de Igualdad del Cabildo de Gran Canaria, Sara Ramírez. Durante el proceso, Pita se presentó para volver a liderar el partido en el Archipiélago, pero al mismo tiempo criticó la “falta de transparencia” del proceso y que el entonces secretario de Organización estatal Alberto Rodríguez anunciara su respaldo a la lista de Fuentes. A solo un día de que arrancaran las votaciones la lista de Pita se retiró del proceso y pidió aplazarlo.
¿Qué futuro aguarda a Podemos?
Lilith Verstrynge y otros miembros de Podemos han insistido en los últimos meses en que el proyecto de la ministra de Trabajo Yolanda Díaz va en sintonía con esta organización. En Canarias, mujeres de la izquierda isleña describieron a finales del pasado año ese proyecto de país como “esperanzador” e “ilusionante”, dijeron a este periódico once políticas. Una iniciativa que despierta mucho interés en Canarias donde la mayoría lo percibe como una manera de construir desde la política con una mirada feminista y es hoy día la esperanza a la que aguarda la izquierda para unirse en las próximas elecciones y donde todas las corrientes quieren tener presencia. Reforzar el papel de las mujeres que ocupan cargos en las instituciones también es el objetivo de la formación en las Islas, que la próxima semana ha convocado el acto Mujeres sobre el terrero, que contará con la presencia de Victoria Rosell, las viceconsejeras Gemma Martínez y Sylvia Jaén, la consejera Santana o la de Igualdad en el Cabildo de Gran Canaria, Sara Ramírez.
Alberto Rodríguez es otra de las figuras destacadas en el Archipiélago. Todos los protagonistas del tablero político saben que puede ser un fuerte rival en unas futuras elecciones. Actualmente, se mantiene concentrado en la búsqueda de justicia y reparación por una sentencia que considera injusta, pero sigue muy vinculado a los movimientos sociales. Los integrantes que acudieron junto a él en la lista electoral saben que aceptar o renunciar su acta no es una decisión fácil. A Rodríguez lo ven como un compañero al que no han querido traicionar. La segunda en la lista, Fátima González (de IUC), anunció rápidamente que no ocuparía el escaño, mientras que en el caso la número dos, Patricia Mesa, no se ha pronunciado públicamente, aunque siempre ha mostrado su apoyo al compañero de filas. Es por ello que el secretario de Organización en Canarias considera que debe correr la lista a la número cuatro, María del Cristo González del Castillo, también de Podemos. Una decisión que provoca distintas opiniones, entre quienes quieren mantenerse fieles (y lo han mostrado estos meses con el apoyo explícito a Rodríguez en redes) y quienes creen que no ocupar el escaño supondría dejar sin representación a las 64.000 personas que votaron al partido en la provincia.
La crisis se suma a la de otros territorios como la expulsión de la consejera de Igualdad de La Rioja. Una situación que se produce ante la amenaza de lo que pronostican las encuestas de cara a futuras elecciones. Sobre ello también se pronunció la ahora diputada tránsfuga Meri Pita y las personas que apoyaron su carta: “Ahora que nuestra caída electoral ya nos sitúa en la barrena de una profunda pendiente perdedora, en vez de afrontar una reflexión política sobre las heridas a suturar y la forma de revertir la debacle organizativa, no hemos encontrado otro asidero que el cálculo de las infinitas miserias los ataques en busca del enemigo interno y los patéticos codazos por figurar en no se sabe que parrilla de salida”. De momento, se encuentra suspendida de militancia, y desde este viernes desde la organización se encuentra contactando con el resto de firmantes de la carta para conocer si se ratifican en sus posturas. El próximo lunes, estas once personas darán una rueda de prensa. Mientras tanto, simpatizantes del partido también recogen firmas para que Pita devuelva su acta al partido.
Actualmente, Podemos se encuentra en las principales instituciones de Canarias formando gobierno. Esta misma semana, pese a que en el Debate del Estado de la Nacionalidad el PP llegó a pedir el cese de la consejera de Podemos, el presidente de Canarias insistió en defender su gestión y la salud del pacto del Gobierno de Canarias, que aseguró que terminará la legislatura. En el Cabildo de Gran Canaria, de las dos consejeras que hay de Podemos, una es firmante de la carta de Pita, al igual que lo son dos concejales del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Javier Doreste y María Mercedes Sanz Dorta.