Son contadas las ocasiones en las que la naturaleza y sus variopintos fenómenos se convierten en motivo de fiesta para los habitantes del lugar. Tejeda es pionera y un fiel reflejo de esto en Gran Canaria desde que en 1970 el municipio comenzó a celebrar la floración de los almendros. La idea partió de un grupo de jóvenes que, después de asistir a las fiestas del Cerezo en Flor (en Cáceres), decidió impulsar algo similar realzando la cultura de la almendra en el municipio. Esta fiesta fue conocida como Pum 70 y la primera de carácter lúdico no cristiana que se realizaba cuando los almendreros florecen en invierno, entre enero y febrero.
Serafina Sánchez, cronista oficial de Tejeda, resalta de aquella época el valor que tenía la producción de almendra para el sustento y forma de vida del municipio: “Se generaban 600.000 kilos de producción de almendra, según un estudio hecho por el Cabildo en los años 60”.
Además recuerda que “dos años después de su inauguración la fiesta se les fue de las manos a los organizadores porque se superaron todas las previsiones (de asistencia), por lo que el Ayuntamiento tomó las riendas” de las que posteriormente se denominaron Fiestas del Almendro en Flor. El evento se fundamentó desde el inicio en el culto y promoción de la cultura y costumbres canarias a través de la participación de vecinos y colectivos con el fin de mostrar diferentes prácticas y oficios como el salto del palo, el uso de la trilla, la confección de tejidos, elaboración de queso, tortillas de calabaza, etc.
Aventino Rodríguez, concejal de fiestas del Ayuntamiento de Tejeda, subraya la importancia de difundir esta idiosincrasia canaria para que no se pierda, además de que “los visitantes guarden en su retina lo bonito que es ver a los almendros florecidos en este espectacular paraje natural”.
Pero la celebración en Tejeda, que en la actualidad está declarada como Fiesta de Interés Turístico Regional, no se quedó únicamente en este municipio teniendo en cuenta que otras zonas de la orografía grancanaria también lucen abundantes y majestuosos almendreros. Una de ellas es el municipio de Valsequillo, que se unió al concepto festivo en 1971, tan sólo un año después de la inauguración en Tejeda.
El barrio de Tenteniguada se encargó de iniciar las fiestas cuyo principal promotor fue Armando Peñate Suárez, señala María Teresa Cabrera, cronista oficial del municipio. Un año más tarde se extendió al resto de Valsequillo: “El objetivo es recuperar las tradiciones como la ordeñada de la teta a la escudilla o los ventorrillos con los típicos caldos de jaramago, tortillas de carnaval o arroz con leche”. De esta época inicial guarda recuerdos entrañables, “especialmente de varias mujeres emprendedoras, alegres y muy divertidas como Cifilita, Lolita Rosa, Paca López, ya fallecidas, y las que aún viven, Antonia María y Carmencita”. También la cronista menciona a personas muy comprometidas con la fiesta y que han fallecido como Adolfo Santana, periodista, y Damián Corujo Jiménez, cofundador.
Coincide Cabrera en que lo importante es mantener las tradiciones y dar a conocer el valor de la almendra, que aportó mucho porque dio trabajo a muchas personas del municipio cuando la producción era significativa. De hecho, aunque ahora ha bajado considerablemente, señala que la partidora de almendras de don Antonio Pérez Díaz, que la trajo en 1967 de Tarragona, sigue funcionando.
Tunte, en San Bartolomé de Tirajana, es la tercera zona que se sumó a la celebración del almendro en flor en 2012, por lo que este año cumplirá su quinta edición. Agustín Peñate fue profesor y luego director del C.E.O. de Tunte, procede de Tenteniguada y cuenta que impulsó las fiestas con una motivación clara: “¿Por qué no una fiestas del almendro en Tunte?”. Aún conserva los primeros escritos que dirigió a los padres y alumnos del colegio para convocarles a las primeras reuniones para organizar el festejo.
Del programa de fiestas del año pasado es este relato ganador del primer premio del concurso de redacción C.E.O. Tunte 2013, de Daniel Vera Almeida, que empieza así: “Desde hace muchos años en Tunte el almendro en flor y su fruto, la almendra, forman parte de muchas anécdotas de los mayores. Por ejemplo, mis abuelos se acuerdan de cuando llegaba la época de coger las almendras como sus padres no dejaban que los novios estuvieran solos, aprovechaban la recogida para poder estar más tiempo juntos, se reían mucho, se ponían a cantar canciones de antes, hacían cuentos antiguos”.
Cabe recordar la letra de la canción popular canaria Camino de Tunte: “Tira, tira, tira, tira, Tirajana, qué dulcitas son, qué dulcitas son las almendras blancas, tira, tira, tira, tira, Tirajana, me las como yo, me las como yo todas las mañanas…”
José Carlos Álamo, concejal de eventos del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, afirma que las fiestas nacen por la relevancia que el almendro ha tenido en periodos económicamente difíciles de muchas familias de Tirajana, además de su valor paisajístico. Desde el año 2014 se incluye la Feria del Agricultor como parte de la Fiestas del Almendro en Flor. Para Álamo ésta es una forma de enriquecer la celebración potenciando al sector primario, mientras que en opinión de Peñate la unión de ambos eventos no resulta conveniente porque se desvirtúa la esencia de cada uno de ellos. También plantea que para consolidar el festejo del almendro es necesario aumentar la promoción turística del mismo, como han hecho Valsequillo y Tejeda, incorporando el Día del Turista en sus respectivos programas de actividades.
El recorrido por las fiestas de estos tres lugares conforma una especie de ruta del almendro que este año celebra su fin de semana grande del 5 al 7 de febrero en Tejeda (con una actividad previa de Crono-Trail Almendro en Flor el sábado 30 de enero); del 6 al 7 en Tunte; y del 13 al 14 en Valsequillo. Generalmente no suelen coincidir las fechas, sin embargo el concejal de eventos de San Bartolomé de Tirajana asegura que en esta edición ha sido imposible ubicarla en otro fin de semana debido a la celebración del Carnaval Internacional de Maspalomas.
Floración prematura
El almendro es un árbol caducifolio que según su ciclo vital florece en febrero, cuando se suelen programar las fiestas. Pero este año debido a los cambios climáticos con temperaturas nada invernales su blanca floración se ha adelantado a enero, por lo que desde hace semanas el paisaje de las zonas de medianías rebosa color y plenitud.
Desde la perspectiva de Ilenia Carrillo, técnico de agricultura de Valsequillo, los almendreros han florecido antes de tiempo por la falta de temperaturas frías de este invierno. “Lo que corresponde al mes de enero para este tipo de árboles en zonas de medianías es una parada de frío, que es como su descanso, y de esta forma en febrero empiezan a florecer en condiciones óptimas, ahora se están esforzando cuando deberían estar descansando”, matiza Carrillo. Las altas temperaturas afectan a todos los cultivos del municipio como los naranjeros y fresas, cuya floración también se ha visto alterada.
Julián Santana, presidente de la Asociación Almendra de Gran Canaria, considera que la floración prematura no es tan preocupante para los almendreros, puesto que “hay árboles de floración temprana o tardía y en este caso solamente se han adelantado 15 o 20 días. Esto para la producción no tiene ningún significado especial de momento. El mayor problema para el almendrero es que llegue un levante, tiempo de calima y viento y los coja en plena floración porque tumba la flor, o que haya fríos espectaculares”. Estima que la calidad y cantidad de producción de almendra no se verá afectada por la floración prematura.
En cuanto a las Fiestas del Almendro en Flor considera que están relacionadas con uno de los tres objetivos básicos de la asociación que consiste en desarrollar un concepto más amplio del almendro, que no solo signifique la recolección sino que se vincule con nuevas corrientes y modelos turísticos para aprovechar los periodos de floración y hacer de la naturaleza un atractivo turístico.
Además la Asociación Almendra de Gran Canaria, que se creó hace más de 8 años, de ámbito insular, 80 socios y con sede en Valsequillo, pretende recuperar los almendreros y terrenos de cultivo abandonados. Aunque no hay cifras exactas, Santana estima que es posible que se superen los 120.000 almendreros en la isla, en los que sí se puede recoger la almendra “aunque sea con mucho trabajo” debido a las características escarpadas del terreno.
El concejal de Agricultura del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, José Carlos Álamo, explica que el almendro fue durante mucho tiempo un importante recurso económico en las zonas rurales de la isla, sin embargo “en los años 70 del siglo pasado sufrió un retroceso al quedar relegado por otros árboles frutales y también porque gran parte de la población se dedicó a trabajar en el sector servicios”.
Hace más de 40 años se exportaban cientos de toneladas de almendras de la isla a Inglaterra, Francia o Alemania, mientras que ahora toda la producción se destina únicamente a consumo interno, agrega Santana. El año pasado, según datos de la Asociación Almendra de Gran Canaria, se recogieron alrededor de 50.000 kilos de almendras y esta temporada de recogida, entre agosto y octubre, se espera una cantidad similar, aunque dependerá de la evolución climatológica. Tejeda mantiene en mayor medida el uso de la almendra que principalmente adquiere la Dulcería Nublo, una empresa familiar fundada en 1946 que en la actualidad regenta el matrimonio Rosa María Medina y José Antonio Quintana.
Esta reconocida dulcería consume más de 50.000 kilos de almendras al año, por lo que absorbe el 90% de la producción isleña y el resto lo importa principalmente de Alicante, aclara Medina quien defiende la calidad de la almendra grancanaria que además está más sabrosa. “Tiene cualidades organolépticas superiores a las del resto del mundo, porque el terreno y la climatología lo permite, por lo que sí se puede competir en este aspecto”, matiza el presidente de la Asociación Almendra de Gran Canaria.
En la isla funcionan dos partidoras de almendras, una en Tejeda y otra en Valsequillo, de las tres que operaban durante los años de mayor auge de producción de almendras. La tercera está en Tunte, de propiedad privada, y se encuentra cerrada.
Llegan las fiestas
Julián Santana piensa que en las fiestas de este año probablemente queden pocas flores debido a la floración prematura. No obstante, ¿esto es un problema para la celebración del festejo? La cronista oficial de Valsequillo está convencida de que no es ningún inconveniente puesto que la gente viene con entusiasmo a disfrutar de las tradiciones, “lo esplendoroso de los almendreros, la gastronomía, la cultura, etc.”, haga frío, llueva o truene.
El alcalde de San Bartolomé de Tirajana, Marco Aurelio Pérez, argumenta que se trata de un momento de encuentro y reconocimiento para los vecinos, además de una “oportunidad de negocios de la zona para poner en valor sus productos, que se organiza desde el Ayuntamiento contando con la participación de comerciantes, agricultores y ganaderos”. La novedad de este año en las Fiestas del Almendro en Flor de Tunte es la incorporación de una Feria de Artesanía en la Feria del Agricultor.
Para el alcalde de Valsequillo, Francisco Atta, las fiestas reflejan “la entrega y pasión de los vecinos por representar la identidad del pueblo rural vinculado al sector ganadero y agrícola”. Una de las particularidades culinarias es el tradicional asado de un cochino durante toda una noche en una especie de horno de carbón para su degustación al siguiente día.
Por su parte, el alcalde de Tejeda, Francisco Juan Perera, estima que después de los carnavales la celebración del Almendro en Flor en este municipio es la fiesta no religiosa más antigua del Archipiélago y un ejemplo que siguieron otros municipios grancanarios. Y que siga la fiesta por muchos años más mientras los almendreros lucen sus flores tarde o temprano.